Reseña: Viaje a las cosas, de Miguel Vitagliano
La visión de la pampa como “un océano de tierra interminable” es una metáfora que acompaña –desde su niñez hasta su muerte– al escritor anglo-argentino William Henry Hudson (1841-1922), el protagonista central de Viaje a las cosas, novela de Miguel Vitagliano.
El libro recrea diferentes etapas y aspectos de su vida: los años pasados en la Argentina (en Los Veinticinco Ombúes y Las Acacias), su relación con sus padres y sus hermanos, el trato con los vecinos (los Gándara y los Royd), la enfermedad infecciosa que le dejó como secuela una afección cardíaca, los viajes a Buenos Aires, una expedición a la Patagonia, su partida a Inglaterra en 1874 y su matrimonio con Emily Wingrave, dueña de la pensión donde se hospedaba en Londres.
La amistad que unió a Hudson con Robert Cunninghame Graham (1852-1936) y Joseph Conrad (1857-1924) convierte a estos dos escritores en protagonistas secundarios de la novela. Vitagliano brinda un bosquejo sobre sus vidas y habla de la obra de los tres.
A propósito de Hudson menciona las biografías de Luis Horacio Velázquez y de Alicia Jurado o el estudio de Ezequiel Martínez Estrada quien, al igual que Borges, celebraba que, en el autor de La tierra púrpura, “el gaucho no fuera […] una figura cristalizada, como en el poema de Hernández”.
También se examina su faceta de naturalista: fue cofundador de la Royal Society for the Protection of Birds (propuso que sus miembros se comprometieran a no utilizar plumas a modo de ornamento) y se lo considera un precursor de los movimientos ecológicos modernos (en especial por el argumento de Mansiones verdes). Hay referencias a distintos tipos de aves (chajás, tordos, pájaros carpinteros, picaflores, calandrias) y a las mujeres-pájaros de su literatura como la Rosaura del relato “La confesión de Pelino Viera”.
Cada tanto surge alguna asociación como la que va del overo de Gándara al overo de uno de los hermanos de “La intrusa”, el cuento de Borges, y a un comentario sobre la versión cinematográfica de Carlos Hugo Christensen; o la que vincula la huella por la que cabalga un Hudson atormentado por el tifus con la ruta por la que, en 1977, un patrullero transporta a una mujer secuestrada.
Viaje a las cosas combina biografía novelada y ensayo a través de un montaje muy libre. Impone un ritmo pausado que debe respetarse para poder disfrutar la lectura. La asimilación literaria del material recopilado gracias a un minucioso trabajo de investigación produce un efecto emocional más inmediato en la parte dedicada a los años que Hudson vivió en la Argentina, mientras que en la etapa inglesa predomina un velo intelectual que vuelve menos espontánea la interacción entre el autor y sus personajes.
Viaje a las cosas
Por Miguel Vitagliano
Edhasa
456 páginas, $ 12.700