Reseña: Un Occidente secuestrado, de Milan Kundera
El checo Milan Kundera (Brno, 1929) resultó clave en los años en que la Guerra Fría comenzaba a resquebrajarse con libros (La broma es el más conocido) que ponían en jaque con ironía los absurdos kafkianos del régimen comunista de su país. En 1975 se trasladó a Francia y publicó obras que, como La insoportable levedad del ser, cosecharon una enorme legión de lectores.
Kundera dejó muchos enemigos en su país natal –que pasara a escribir finalmente en francés fue la gota que rebalsó el vaso para los nacionalistas– y en la última décadas surgieron acusaciones (todo indica que infundadas) de haber sido delator en aquellos duros años. Un Occidente secuestrado es una respuesta indirecta a eso, pero también funciona como un alegato sobre las amenazas que vuelven a angustiar a Europa.
El volumen es nuevo, pero los textos no. Son dos: el primero, “La literatura y las pequeñas naciones” es el discurso que Kundera dio en el Congreso de Escritores Checoslovacos en 1967 –un año antes de la Revolución de la Primavera– y en el que critica la censura y aboga por la libertad creativa. Lo actual –más allá de la valentía de la propuesta en ese contexto– es la perspectiva histórica, que le permite pensar sobre el destino de las pequeñas naciones que “no tienen otra defensa que el valor de su cultura”. El segundo texto –que da título al conjunto– es de 1983 y en él Kundera le recuerda a Occidente que lo que por entonces se veía monolíticamente como países del Este eran en realidad parte clave de la cultura europea. El tiempo pasa, pero la guerra de Ucrania ha dado a estos artículos una vuelta de tuerca actual.
Un Occidente secuestrado
Por Milan Kundera
Tusquets. Trad.: M. Layhoz
84 páginas, $ 2900
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