Reseña: Un letrado en busca de un Estado, por Ariel Alberto Eiris
Una biografía, espejo de los comienzos de la Argentina
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Pedro José Agrelo, político e intelectual de activa participación en el Río de la Plata a fines del siglo XVIII y principios del XIX, no figura en el reducido número de quienes a lo largo de los años se mantienen más o menos vivos en el imaginario colectivo en un país que, lamentablemente, da cada día más la espalda a su propia historia. Sin embargo, fue en vida hombre de influencia y prestigio, golpeado muchas veces por el vendaval de las luchas fratricidas, que a diferencia de otros no vaciló en soportar duros golpes de fortuna, exilios y peligros para él y su numerosa familia, en el propósito de sentar con otros las bases del casi siempre endeble sistema político argentino. A través de su biografía, el doctor Ariel Alberto Eiris, analiza la complejidad de los procesos políticos, culturales y jurídicos que atravesaron su vida.
Un letrado en busca de un Estado. Trayectoria jurídico-política de Pedro José Agrelo (1776-1846) muestra cuatro momentos de la trayectoria de Agrelo. Su formación en el Colegio San Carlos y la Universidad de Chuquisaca, que le permitió adquirir el carácter de letrado, en cuanto erudito preparado para la gestión política, para integrar la administración virreinal. Con la Revolución de Mayo, su estabilidad política entró en crisis. Debió redefinirse como revolucionario y se integró a los grupos cercanos a Mariano Moreno. Desde allí, redactó la Gazeta de Buenos Ayres, fue miembro de la Sociedad Patriótica e integró la administración de justicia. Incorporado a la Logia Lautaro, actuó como jurista en la Asamblea del Año XIII. Cercano al directorio de Alvear, fue desplazado del gobierno revolucionario luego de la sublevación de Fontezuela en 1815.
En aquel momento se inició una nueva etapa de su vida. Redactó el periódico El Independiente (1816-1817) donde defendió el modelo republicano. Se unió a los grupos opositores al directorio de Juan Martín de Pueyrredón contra el que conspiró. Le valió su exilio en 1817, en Baltimore. De regreso en Buenos Aires, forzó el perdón del director supremo con la mediación de San Martín y publicó el periódico El Abogado Nacional.
Finalmente, se unió a los grupos federales de Buenos Aires durante la crisis del año 1820. Fue asesor de algunos de los gobernadores, y luego se dirigió a Entre Ríos donde se desempeñó como ministro de gobierno de Lucio Mansilla. Profesor de la recién fundada Universidad de Buenos Aires, continuó como funcionario provincial en el primer gobierno de Rosas y pasó a su oposición en el segundo. Al comenzar el segundo mandato de aquel debió exiliarse en Montevideo donde murió tiempo después.
La existencia de Agrelo fue, en síntesis, un espejo de la Argentina en tiempos en que las pasiones políticas desenfrenadas y la intemperancia hacia el que disentía segaban proyectos y destruían vidas.
Un letrado en busca de un Estado
Por Ariel Alberto Eiris
Prohistoria
481 páginas
$2750