Reseña: Tesis sobre una domesticación, de Camila Sosa Villada
Desde el título, Tesis sobre una domesticación, novela de Camila Sosa Villada publicada inicialmente en 2019 por Página 12 y que está siendo llevada al cine con guión de la autora y del director Javier Van de Couter, propone a los lectores algo más que la mera ficción: una suerte de sociología de la familia, una indagación en los roles que la componen, incluso en la posibilidad del amor. Leerla después de la poesía de la novela Las malas o de ese ensayo revelador que es El viaje inútil (2018) –”La memoria sustenta la escritura. Escribir es escribir recuerdos”, decía la autora– implica una inmersión en el goce de los cuerpos pero sobre todo, como diría San Juan de la Cruz, en la noche oscura del alma.
La protagonista es una actriz famosa, travesti, casada con un “abogado exitoso”, gay, con el que adopta un chico de seis años, VIH positivo. La voz narrativa es impersonal, responde a aquella distancia brechtiana que señala y rompe el hechizo de la ficción, buscando sacar a la audiencia de su letargo burgués. Dice: “Ella actúa como una esposa que nunca terminará de agradecer lo suficiente por esta vida doméstica”; él es “un personaje que no demuestra sus celos ni su rabia”, alguien que ignora “el teatro que ocurre cada día en su familia”. La contrapartida la dan los cuerpos que son pura voracidad y desborde. Las escenas eróticas ocupan un lugar central en la narración. Las descripciones son descarnadas, hiperrealistas, y es en esa lupa exacerbada que se intuye el dolor, los “corazones cobardes y domesticados”.
Hay personajes y escenarios que se repiten en los diferentes libros de la autora y construyen su mitología personal: Córdoba, el padre, la infancia en el campo, las necesidades, la violencia y el amor de la madre. Si en el departamento lujoso el único exabrupto es el del hijo que pinta los espejos del edificio con lápiz labial, en la casa paterna irrumpe lo más salvaje. La actriz repite allí una rutina: se acuesta con el borracho que la salvó hace años de una violación o con el carpintero, novio de la madre. Nada es secreto en esta pareja abierta, pero cada encuentro es visto o imaginado –una marca en el cuello, un moretón en la cadera–; hay celos, abulia, tristeza. Sosa Villada construye una novela perturbadora; quizás más arriesgada que Las malas.
¿Se puede domesticar un cuerpo? ¿Se lo puede llevar a la vida mansa del matrimonio por más abierto que sea, travesti o no? ¿Qué se hace una vez en las garras de lo socialmente respetable? Si hay alguna respuesta está en el epígrafe de Jean Cocteau. La actriz que el dramaturgo imagina en La voz humana, y que la protagonista representa, tiene que transmitirle al público la imagen “de un animal herido que se desangra”. Sin duda, la escritura de Sosa Villada llega a ese lugar de rebeldía, donde el cuerpo desatado en la letra deja su huella.
Tesis sobre una domesticación
Por Camila Sosa Villada
Tusquets
264 páginas, $ 18.500