Reseña: Sexo animal, de N. Olszevicki y M. Pandolfi
La psicología de la evolución tuvo un flash de moda a fines de los años noventa. El estudio de cómo la teoría de la evolución puede explicar nuestra conducta brilló en los medios breve, intensa y superficialmente: hubo sorpresas, hallazgos y un entusiasmo por las interpretaciones naturalistas que iba de lo revelador a lo ridículo.
El área merecía un comeback más profundo y meditado. Sexo animal. Cómo la evolución moldea el comportamiento es una contribución local que se destaca. Sus autores son la dupla ideal: un periodista científico de trayectoria, Nicolás Olszevicki, profesor en la Universidad Nacional de General Sarmiento y con varios libros publicados; y Matías Pandolfi, un investigador sólido, profesor de la Universidad de Buenos Aires y gran comunicador. La tristeza, sin embargo, se interpuso en la forma de una muerte temprana: Pandolfi falleció en 2021, poco antes de completar el volumen.
Olszevicki sumó entonces un equipo de colaboradores cercanos al científico: Ágata Baizán, Javier Fernández Solari, Paula Pifarré, Paula Barrionuevo, Julieta Bono, Leandro Tamini y Mariana Feld. La obra, entonces, tiene algo de homenaje: matiz que cae bien a un trabajo crítico y abarcador.
El título es ganchero, pero la imagen de la portada de dos monos mimándose modera las interpretaciones. Porque, claro, el sexo animal tiene que ver también con eso que llamamos amor.
Los dos primeros capítulos son una lección diáfana de qué es la teoría de la evolución. Una puerta de entrada al tratamiento de temas como la cooperación, la empatía, la justicia, la agresividad, el sexo, la crianza y el lenguaje.
Sobre la justicia, por ejemplo, los autores reconocen que, entre los humanos, “hay una aversión a la injusticia en la distribución que es más fuerte que la racionalidad económica pura”. Esto es: preferimos no recibir nada, antes de dejar que un bien se reparta de manera muy desigual.
¿Y qué pasa en la naturaleza con algo que parece tan estrictamente cultural? Los experimentos muestran que lo mismo: los chimpancés reconocen que para mantener la cooperación es necesaria una distribución justa.
Los capítulos sobre sexo incluyen ejemplos de diversas especies sobre conductas que parecen no relacionadas con la reproducción, como la masturbación o la necrofilia, que, sin embargo, tienen su razón evolutiva.
Y el capítulo sobre el lenguaje nos aleja y nos acerca a un sinnúmero de congéneres. Qué es la comunicación, qué es el lenguaje articulado y cómo estudiar qué especies pueden tenerlos son preguntas que nos dejan reflexionando sobre qué es, finalmente, ser humano.
En síntesis: una obra de referencia, a la vez accesible, ágil, muy bien documentada y escrita maravillosamente.
Sexo animal
Por Nicolás Olszevicki y Matías Pandolfi
Planeta
285 páginas, $ 3100