Reseña: Serge, de Yasmina Reza
La tragicomedia de una autora que no le teme a la incorrección
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Tanto en el drama como en la narrativa, Yasmina Reza (París, 1959) se muestra a menudo en un estado de ebullición polémico, que es a su vez controlado por la manera en que se concentra en la forma de la obra. Dos de sus éxitos mayores fueron en el primer campo, como dramaturga: Art (1994), una pieza que se multiplicó con éxito asegurado en los escenarios de todo el mundo (el de Buenos Aires incluido), y Un dios salvaje (2006), adaptada al cine por Roman Polanski.
"El libro lleva a preguntarse por el funcionamiento del excampo de concentración de Auschwitz como sitio turístico"
Su novela más reciente, Serge, no es la excepción a esa combinación. En el impulso inicial del relato tal vez se encuentre la frase de una entrevista reciente que concedió la autora: “El turismo y el terrorismo son las dos grandes plagas de nuestra época”. El libro lleva a preguntarse por el funcionamiento del excampo de concentración de Auschwitz como sitio turístico. Pero el tramo que lo trata de forma directa demora en llegar. Entretanto el lector sigue la visión y las opiniones de Jean, uno de tres hermanos protagonistas (otro de ellos es el Serge del título), más la joven Josephine, y un muestrario de personajes secundarios.
A la autora le gusta magnificar la onda expansiva de sus temas. Aquí, aparte de manifestarse como nada proclive a la corrección política, incluye a la memoria y la búsqueda de identidad. “Entiendo la avidez de saber pero no entiendo muy bien la histeria de la identidad”, dice en la misma entrevista. “No sé como es para ustedes en la Argentina, pero en Francia y en Europa en general hay un mandato de memoria que es aterrador. Es como echar la culpa o hacer que la gente sienta cargo de conciencia”.
Por suerte, esas ideas encarnan en Serge con un uso abundante no solo de la ironía o hasta del sarcasmo, sino también con el humor de los pequeños errores y tragedias. Hay una visión incisiva de temas como la política y la pequeña historia de Francia, más los lugares esquivos de la cultura familiar judía. Cada uno de los personajes, y muy en especial Serge, están descriptos en capas sucesivas y van trazando el camino de una familia judía que comienza con la muerte de la madre y su última palabra, y termina con la perspectiva semifatal de uno de los hermanos.
La zona central de la novela, nítida y detallada, transcurre en el campo de exterminio de Auschwitz –el Auschwitz de hoy, lleno de visitantes y gente tomándose fotos–, y luego en la cercana ciudad polaca de Cracovia.
Reza escribe con una suerte de humor judío insomne, insistente, que lleva, según los momentos, a la sonrisa, la risa o la carcajada. Hay además una clara voluntad estructural en la novela. Aunque a veces el hilo argumental parece perderse, siempre termina por volver a su cauce, y la frase de cierre (luego de dos páginas totalmente medicalizadas) cae como un golpe certero.
Serge
Por Yasmina Reza
Anagrama. Trad.: Juan de Sola
196 páginas
$ 2150