Reseña: Perder el sur, de Valeria Correa Fiz
La publicación de la antología Perder el sur, de la escritora argentina residente en España Valeria Correa Fiz (Rosario, 1971), tiene varios alcances. Por un lado, acerca a los lectores locales su poesía, que se conoce menos que su obra narrativa; por otro, traza un recorrido por temas y formas (“Forma es fondo sedimentado”, se advierte en un poema) y, además, vuelve al “perdido sur” gracias a un libro editado por Baltasara en la ciudad natal de la escritora. Correa Fiz, que trabajaba como abogada, emigró de la Argentina tras la crisis de 2001.
El volumen, que reúne poemas publicados en revistas literarias españolas y en los libros El invierno a deshoras, Museo de pérdidas y Así el deseo, tiene un prólogo donde la autora, en una síntesis “rilkeana”, da pistas de una poética en proceso.
“Sin herida no hay hecho estético” y “Toda experiencia estética tiene que ver con lo efímero”, sostiene, en aras de una poesía abierta al misterio, a las liturgias del erotismo (contrapuestas a las de la soledad) y a las perspectivas que ofrecen el exilio y el oficio de escribir: “Y aprender a esperar a que el azar y el caos resplandezcan / y se hagan forma / para que los versos no sean una naturaleza muerta / ni perdida”.
Con un ritmo verbal que puede ser enardecido tanto como la parodia de un estilo cartesiano, Correa Fiz navega entre las contingencias del presente, la intimidad y los universos idos (entre ellos, cierta “idea” de la Argentina) con el poema como brújula: “Norte y lejos, / centro y sur, / o muy cerca / son solo categorías / para pensar el mundo en sus distancias”.
Perder el sur
Por Valeria Correa Fiz
Baltasara
102 páginas, $ 12.500