Reseña: Nadie te está mirando, de Janet Malcolm
“La unidad de la estructura no es creada por la acción ni por las relaciones entre los personajes, sino por la continuidad interna”, le contesta Tolstói a uno de sus detractores, según recupera Janet Malcolm (Praga, 1934; Nueva York, 2021) en una de las piezas que conforma Nadie te esta mirando, el último libro que la autora sacó en vida, una antología que reúne trabajos publicados en la prensa durante más de veinticinco años.
Aquello que pervive en la actitud de Malcolm es el impulso de la curiosidad, a tal punto de entrometerse: en una crónica sobre las dueñas de la legendaria librería Argosy, insiste en acompañarlas a efectuar una compra de libros a la casa de una viuda; en un perfil sobre la presentadora Raquel Maddow intenta pispear los borradores de sus monólogos. El “no”, que parece nunca tenerlo, a la vez funda su crítica y su ética: un desdén de lo políticamente correcto, una desconfianza en la forma de mirar que logra encubrirla con una prosa elegante.
El volumen es un muestrario por los distintos géneros que supo desplegar la periodista estadounidense, como reseñas y ensayos breves. Los perfiles son quizá su mejor artificio, donde aúna varias preocupaciones: la maquinaria biográfica, la influencia del psicoanálisis en su oficio, una reflexión sobre los consumos culturales norteamericanos (y el self), y la certeza de que, aun ejerciendo el periodismo, aquello que prima es la ficción, tanto en la mirada como en la tentativa para construir otra realidad.
Nadie te está mirando
Por Janet Malcolm
Monte Hermoso. Trad.: T. Arijón
262 páginas, $ 2000