Reseña: Me verás caer, de Mariana Travacio
No es raro encontrar un buen cuento: menos usual es que un conjunto de relatos logre crear un mundo en común, solitario y valiente como lo hace Me verás caer, cuarto libro de cuentos de la escritora argentina Mariana Travacio (Rosario, 1967). Una serie de voces de mujeres –amigas, vecinas, madres, hijas, viudas– que acaban de atravesar un momento de quiebre, pero avanzan en busca de algo mejor.
Una búsqueda, por cierto, que aparece de modo sencillo en el primer cuento, “Cansadas”: la historia de una mujer que lleva a su mamá unos días a la playa, luego de que esta sufrió un severo accidente de tránsito. Mientras cenan en un restaurante, a la madre se le mueve la dentadura y la hija no puede tolerarlo, pero se contiene. A lo largo de la historia las dos reprimen los impulsos, las manías, los gestos, tratan de no ser las de siempre, buscan otro modo de relacionarse. Con un tono más enigmático, “¿Dónde está Montes?”, también narra una pesquisa; la esposa de Montes va y viene a la Comisaría, la interrogan porque quieren encontrarlo a él, su esposo alcohólico y músico.
Travacio explora en estos cuentos temas como el amor, los vínculos familiares, la soledad, la muerte a través de mujeres de clase media, urbanas, algo extrañas, de manera distinta a la de sus novelas Como si existiera el perdón y Quebrada, dos historias que recuperan las voces de la tierra y se acercan al interior y sus conflictos. Sin embargo, algo une todas sus narraciones: la cualidad fluida y precisa que hace, de una forma de decir, un personaje.
En los tres cuentos que cierran el volumen, la escritura encuentra una zona más singular, con resonancias y ecos que multiplican los sentidos. En “Rosas buenas”, la viuda Blanca Nievas conoce a un hombre en una fiesta, sus amigas le insisten, y ella se arriesga a una cena romántica que termina de manera inesperada. Es una narración tierna y llena de ironía al mismo tiempo. Más adelante, ella se muda a una casa en una isla en “Últimos rastros”, la conoce a Elena y ambas crean un emprendimiento muy original que las tiene contentas. Al final, la sobrina de Blanca Nievas relata un momento de desconcierto de la vida, parecido al tramo final y a la muerte en “Y el río tan manso”. La naturaleza es una fuerza presente en los relatos, en particular el agua que, ya sea como mar, lluvia o río, indefectiblemente, tiene la capacidad de transformar la vida de las protagonistas. En los tres cuentos se cruzan personajes, reaparecen o se disuelven para formar una historia más grande que las individuales.
Me verás caer está compuesto de cinco historias simples narradas en un lenguaje vibrante que encuentra en los silencios, los rodeos y los sentidos ocultos los momentos precisos de la vida en los que resuena la pregunta acertada.
Me verás caer
Por Mariana Travacio
Tusquets
138 páginas, $ 4500