Reseña: Los Effinger, de Gabriele Tergit
La literatura centroeuropea y alemana de la primerísima posguerra tuvo una dificultad: la mayoría de los lectores preferían evitar mirar de frente el horror de lo ocurrido. Los Effinger, esta monumental novela de Gabriele Tergit (Berlín, 1894-Londres, 1982) se publicó recién en 1951, pero había sido comenzada a escribir en los años treinta, cuando Hitler se disponía a llegar al poder. La autora, de origen judío, mucho más alerta que sus personajes, llegó a escapar a Praga, y luego a Inglaterra.
Los Effinger. Una saga berlinesa sigue el ciclo de las grandes novelas de generaciones familiares, con Los Buddenbrook, de Thomas Mann, como modelo inevitable. Aquí son cuatro generaciones, pero la vuelta de tuerca es que los miembros de la dinastía son de origen judío. El arco polifónico que se traza va desde la Alemania de Bismarck hasta los años de la Segunda Guerra Mundial. La narración comienza con dos hermanos –hijos de un relojero de Baviera– que llegan a la capital alemana para montar una pequeña fábrica. Además del éxito industrial, el casamiento con dos hermanas, hijas de un banquero, les permite el acceso a la sociedad más renombrada.
Siguiendo el género, la pintura de Los Effinger va de la épica de los orígenes al ascenso social, y a la evolución de las nuevas generaciones, donde entran a tallar entre sus miembros la vocación artística o el feminismo. Pero lo que narra es toda una cultura, la judeo-alemana asimilada que, sin casi notarlo, apenas sospecha el terrible destino que la aguarda. La factura clásica vuelve más nítido este fresco poderoso y trágico, que es también un testimonio.
Los Effinger
Por Gabriele Tergit
Libros del Asteroide. Trad.: Carlos Fortea
902 páginas, $ 37.100