Reseña: Los abandonos, de Russell Banks
Russell Banks (1940-2023) fue el constructor de una obra densa y profunda, de muchos libros, que le valió menos fama más allá de las fronteras de su país, Estados Unidos, de la que se merece. Algunos lectores lo recordarán por algunas de las versiones cinematográficas de sus libros, como Aflicción (dirigida por Paul Schrader) o The Sweet Hereafter (realizada por Atom Egoyan). Sus tramas dramáticas, muy literarias, pasaban con ductilidad al cine.
Los abandonos (2021) fue su anteúltima novela y tiene un marco temporal estricto: transcurre en un único día, en un departamento de Montreal. Allí, un documentalista estadounidense, Leonard Fife, que se expatrió en los años sesenta tras desertar para no combatir en Vietnam, recibe a un antiguo discípulo para una entrevista destinada a una película sobre su obra. Malcolm, el visitante, quiere hacer un repaso de esa carrera contestataria, pero pronto Fife –enfermo y con la muerte pisándole los talones– desvía la narración a sus recuerdos de juventud y a un sincero ajuste de cuentas consigo mismo. La confesión tiene como objetivo a Emma, la mujer con la que compartió cuatro décadas y a la que no quiere ya mentir.
Con algunos asistentes de la troupe alrededor, y la propia Emma, las revelaciones del protagonista –que incluyen traiciones y deslealtades varias– pueden estar deformadas por los efectos de los medicamentos y la enfermedad, pero también podrían ser genuinas, el modo de quitarse una máscara que pesa demasiado. Que muchos de esos elementos sean parte de la autobiografía del propio Banks vuelven a la novela un legado sincero e inquietante.
Los abandonos
Por Russell Banks
Sexto Piso. Trad.: Benito Gómez Ibáñez
326 páginas, $ 35.900