Reseña: Lexikón, de Sergio Raimondi
Más difícil que ser autor de un solo libro es ser autor de dos. Durante más de veinte años, Sergio Raimondi (Bahía Blanca, 1968) fue el autor de Poesía civil, rotundo libro de poemas que conjuga el verso clásico con la mirada objetivista en pulidos poemas sobre el desguace económico y político en la periferia exindustrial desde la dictadura del Proceso hasta el “menemato”.
Luego de su publicación en 2001, Raimondi anunció un libro en proceso cuyo título provisorio era “Para un diccionario crítico de la lengua”. La aparición de Lexikón, un compendio de 255 entradas en verso ordenadas alfabéticamente, presenta algunos cambios: un recorte más humilde, que se lee en el pasaje de “diccionario” a “vocabulario”; el trueque del abordaje “crítico” por un encomio al “valor estratégico de la ambigüedad”, y el pasaje de la única “lengua” a múltiples (sánscrito, mandarín, ruso, árabe, aimara, etc.).
Pero el giro más significativo de Lexikón se da en el plano de la perspectiva. El punto de vista que en su primer libro se pensaba como “una percepción desde el margen de un país en el margen del sistema” (según la nota a la reedición de Poesía civil), adquiere, en el flamante libro, una mirada global, que le permite abordar asuntos de Bolivia a China, sin acusar una posición fija en el espacio ni, menos aún, en el tiempo. Porque los poemas de Raimondi parecen buscar una perspectiva transhistórica, una voz que se pronuncie en términos de eras geológicas y se postule más allá de problemas aparentemente exclusivos del Antropoceno, como la cultura o el idioma (los cuales serán “un fósil más” mientras animales microscópicos como los tardígrados sigan vivos y coleando en la superficie lunar).
La apariencia de opera magna que impone un poema de 414 páginas y su ambicioso proyecto de cubrir todas las lenguas de todos los tiempos de todo el globo (y más allá) se tensa con la evidente imposibilidad de la empresa, que el mismo Raimondi admite como parte del juego de deconstruir el artefacto humanista por excelencia que es la Enciclopedia. Pero por más inclinación que ostente hacia plantas y bacterias (“Ruminococcus” aspira a relacionar el ritmo del poema con las “formas filiformes de sus flagelos”), Lexikón no deja de ser enciclopédico en el tono y registro, y esa misma cadencia prosaica complota contra la artesanía del verso. Muchas veces, la enunciación de la propuesta prepondera sobre el poema, lo que hace acordar al borgeano Carlos Argentino Daneri, cuyos endecasílabos mejoraban notoriamente con la explicación que los sucedía. Sin duda, hay buenos poemas en Lexikón, pero su apuesta general (más inclinada a lo conceptual que a la idea de verso) parece perder en lo mucho que quiere abarcar la efectividad estética de una conciencia periférica.
Lexicón
Por Sergio Raimondi
Mansalva
424 páginas, $ 5640