Reseña: Las grandes ligas, de Ignacio Valiente
Ganador del primer premio del Fondo Nacional de las Artes en 2022, Las grandes ligas es también el primer libro de cuentos de Ignacio Valiente (Buenos Aires, 1984). De longitud, onda y modulaciones variables, los dieciocho relatos encuentran a los protagonistas inmersos en procesos de cambio a los que o bien se resisten, o bien no advierten, hasta que ya es demasiado tarde. El contraste entre lo que saben los personajes (niños, jóvenes, ancianos; hijos, hermanos, tíos y padres) y lo que intuyen los lectores da lugar a efectos cómicos, siniestros o paradójicos en los que laten la melancolía o la amargura. “Los refugios podían ser más peligrosos que la intemperie”, observa el parco narrador de “Desiertas cosas”, un nómade recolector de restos que ha sobrevivido a un cataclismo del que poco se informa.
Hay cuentos realistas rozados por presencias sobrenaturales, como “Los chembií”; otros están ambientados en universos distópicos (con más parecidos que diferencias con el mundo actual) y algunos, como “Hacer un hombre”, “El adulto responsable” y el que da título al libro, combinan un leve aire irreal con la insistencia de algunos rituales que marcan “un antes y un después” en la vida, como le dice el jefe al desorientado protagonista de “Las grandes ligas”.
Casi siempre narrados en primera persona, los cuentos de Valiente escenifican una tensión entre los argumentos y las voces. En algunos, prima la historia; en otros, como observa el narrador de “El refugio” (uno de los mejores relatos del volumen), la anécdota queda en suspenso y deja que se filtren posibilidades y matices: el misterio.
Las grandes ligas
Por Ignacio Valiente
La Crujía
256 páginas, $ 8450