Reseña: La riada, de Michael McDowell
Aunque fue escrita en la década de 1980, está más vigente que nunca. Finalmente llegó en castellano La riada, la primera entrega de la saga Blackwater de Michael McDowell (Enterprise, Alabama, Estados Unidos, 1950), uno de los pioneros del terror sureño estadounidense y del género fantástico. El maestro de Stephen King y guionista de Tim Burton –escritor de los guiones de las películas Beetlejuice y El extraño mundo de Jack– fue revolucionario para la época, poniendo entre las cuerdas a dos fuertes protagonistas mujeres en una saga puramente matriarcal: Mary-Love Caskey y Elinor Dammert.
Cuando la sangre comienza a correr por las aguas del río Blackwater, no hay quien pare el caudal de muertes y de desgracias que pueden azotar a la familia Caskey, un extenso linaje de terratenientes dueños del principal aserradero de Perdido, en Alabama. Con la misteriosa aparición de Elinor tras una inundación que arrasó con todo y de la que intentan recuperarse, los habitantes del pueblo –incluidos James y Oscar Caskey–, empiezan a sucumbir ante sus encantos.
Pero también con su llegada, suceden cosas inquietantes y atroces a su alrededor. Al mejor estilo de Lovecraft, McDowell se adueña del terror, pero sin fantasmas ni monstruos. Uno cotidiano, incomprensible, que sucede en el cuerpo. A lo largo de cincuenta años en los que transcurre la saga, que consta en total de 6 entregas, habrá una fuerte disputa de poder entre la matriarca Mary-Love y Elinor, la forastera que buscará a cualquier precio ser parte de la familia.
Blackwater I: La riada
Por Michael McDowell
Blackie Books
272 páginas, $ 14.999