Reseña: La nodriza de Julieta, de Lois Leveen
En general, como dice en la Nota final, Lois Leveen escribe donde “se cruzan literatura e historia”, pero esta novela se basa en otra obra literaria: Romeo y Julieta, de Shakespeare. Levee explica que quiso contar la historia desde otro punto de vista: el de Angélica, la nodriza del título, el personaje con más líneas después de los amantes. Ese contar diferente le da sentido al libro, pero la primera persona es su mayor debilidad. Por muchas razones, esa voz es poco verosímil. En la primera parte, Angélica cuenta los tres años posteriores al nacimiento de Julieta; en la segunda, la niña tiene catorce, su edad en la obra de teatro. Es un libro pensado para quienes conocen la obra de teatro: funciona por el reconocimiento de los diálogos y los nombres de los personajes.
Los problemas principales de la primera persona narradora son el vocabulario de Angélica, imposible para una analfabeta, y más todavía su mirada sobre la Verona del 1300, apoyada en ideas contemporáneas; por ejemplo, cuando compara la vida que llevan sus patrones aristocráticos y su pobreza o cuando toca la cuestión de la mujer en el siglo XIV, sobre todo en cuanto al sexo erótico y a la manipulación inteligente como forma femenina de cambiar en algo las cosas. En esos aspectos, Levee hace un análisis muy interesante de Romeo y Julieta pero eso funcionaría mucho mejor con una voz narradora en tercera persona, una voz del siglo XXI.
En cambio, la autora maneja muy bien la relación de su novela con la obra de teatro. En la segunda parte, las escenas en las que coinciden libro y obra son solamente aquellas en las que Shakespeare pone a la nodriza. En otros casos, a veces, Angélica las oye (como sucede con la del balcón); a veces, le llegan como noticias o como chismes. En esa parte, la trama casi no se aparta del “argumento” conocido, excepto en relación a un problema de identidad que estalla como una bomba al final de la primera parte y con el que Levee se las arregla para cambiar todo sin cambiar nada.
En su Nota, Levee afirma que su libro es sobre “la pérdida y la resiliencia”. Cierto, la vida de la nodriza es un ejemplo de la capacidad de las mujeres para seguir luchando a pesar de todo, y aquí el todo incluye la situación de una viuda de clase baja en la Italia del siglo XIV. Siempre es fascinante contar un relato conocido desde los ojos de un personaje marginal. Termina contándose otro relato. En este caso, dos que salen con una imagen muy diferente son nada menos que Romeo y Fray Lorenzo. Y es que La nodriza de Julieta invita a asomarse a la obra de Shakespeare desde otro lugar. En ese sentido, funciona. El problema es hasta qué punto es creíble que quien está contando es Angélica.
La nodriza de Julieta, de Lois Leveen; Trad.: Andrea Lombardi (Edhasa) $ 24.500