Reseña: La noche de las beguinas, de Aline Kline
La novela de Aline Kline sobre la orden de las beguinas, creada por Luis IX (San Luis) a fines de la Edad Media y prohibida a principios del siglo XIV, combina una prosa fluida en tercera persona que relata las vidas de varias mujeres y un franciscano, con una descripción detallada de la geografía, la política y la religión de principios del 1300 en la Francia de Felipe el Hermoso.
En La noche de las beguinas tienen mucha importancia las descripciones de los edificios, calles y barrios de la París de esos tiempos, además de los usos y costumbres de sus habitantes. En esos fragmentos y en los cuentan lo que pasa en palacio, en Europa en general y los cambios de dirección en la política de la Iglesia de Roma, apoya la novela su lado histórico, interpretado, por supuesto, por una mirada claramente contemporánea. La exactitud de los datos está apoyada en la amplia bibliografía del final, dividida en temas como la ciudad de París entonces, el personaje histórico esencial, Marguerite Porete, las beguinas o la situación de la mujer en el siglo XIV. La contemporaneidad aumenta el suspenso en los debates públicos y privados sobre la fe católica porque hoy en día se conoce el horror de las consecuencias para quienes recibían el mote de “herejes”.
En el centro de este aspecto del libro está la Orden de las Beguinas, muy libre para la época, y al borde de un ataque final de las autoridades (la “noche” del título). El “beguinaje” es excepcional: una orden religiosa formada por mujeres solas (viudas y solteras) que no toman los hábitos y pueden irse cuando quieren. Algunas, como Marguerite, escriben libros místicos y eso pone a todas en peligro. La contemporaneidad de la mirada de Kline sobre el tema es evidente tanto en las escenas de sexo como en la forma en que se juzgan el maltrato y el espanto que sufren en ese tiempo las mujeres, para quienes el beguinaje es un refugio que están a punto de perder. Como en muchas novelas históricas, esa mirada no termina de sonar verosímil cuando la narración se acerca al punto de vista de los personajes.
Pero además de las vidas individuales, hay otro relato importante aquí: el periplo de El espejo de las almas simples y aniquiladas, el libro místico de Marguerite, que murió en la hoguera por haberlo escrito. El libro es importante también para el francés porque ella lo escribió en ese idioma y no en latín, como era costumbre. Actualmente hay solo una mala copia; se sigue buscando una anterior (que aparece en la novela). Tal vez, la historia de esa copia debería haber sido el corazón del libro y por eso Kline cierra con esta explicación en bastardilla, en la que vuelven a unirse nuestro tiempo histórico y el de los personajes.
La noche de las beguinas, de Aline Kline, Traducción: Lucía Dorin (Edhasa), 368 páginas / $ 18.200