Reseña: La naturaleza secreta de las cosas de este mundo, de Patricio Pron
Una hija busca a su padre. Ella se llama Olivia y es actriz. Él se llama Edward y es pintor. Hace años que Olivia no sabe qué le pasó ni dónde está Edward. ¿Se murió? ¿Se fugó? ¿Se suicidó? Estas preguntas transcurren en distintos paisajes de Inglaterra mientras que la madre de Olivia, el único eslabón familiar capaz de aportar precisiones, no parece dispuesta a interesarse en el misterio. A partir de esta premisa, La naturaleza secreta de las cosas de este mundo es una novela en la que el argentino radicado en España Patricio Pron (Rosario, 1975) indaga en “la deserción de la causa del yo” para “dejar atrás a los suyos”, según explica él mismo en el “Epílogo”.
Al tratarse de una historia que explora las motivaciones de actos humanos como el abandono, no debería sorprender que tanto Olivia como Edward pasen más tiempo pensando acerca de sí mismos y sus circunstancias, a veces mientras recorren “las trazas de las autovías” y otras mientras miran a “los niños en la parada del autobús”, que llevando a cabo acciones concretas.
Por supuesto, retratar estos largos procesos introspectivos de carácter melancólico no es fácil. Y, quizá por eso mismo, tampoco lo sea seguirlos a cada paso sin despistarse.
Aun así, como le explicará a Olivia un policía, todo descuido es reparable gracias a que “las personas son bastante predecibles, en especial cuando se dejan conducir por sus emociones”.
De hecho, la voz inesperadamente juiciosa de este anónimo policía de provincias al que la historia presenta (justo antes de dejarlo atrás) como el amigo de unos amigos de Olivia, dirá también, y con buen criterio, que “la vida de una persona es como una novela, con sus capítulos y sus personajes secundarios, que a veces no tienen ninguna importancia para la trama y que, sin embargo, nosotros tenemos que conocer…”.
En el balance general, sin embargo, la recurrencia de lo que carece de importancia para la trama y de lo que se sobreexplica (como ocurre con un llanto de Edward, “llanto que no aspira al consuelo porque no puede ser consolado por nadie ni por nada, como el de quien va a perder el juicio o a morirse, un llanto sin conexión con el mundo exterior y que expresa un abandono profundo”) conduce a una pregunta incómoda pero fundamental. ¿La naturaleza secreta de las cosas de este mundo es, finalmente, una refinada meditación sobre ciertos enigmas humanos? ¿O es, en cambio, una prueba de resistencia para cualquier lector dispuesto a encontrar algún enigma de valor?
“No es una historia especialmente interesante, y resulta evidente que el narrador no está esforzándose”, piensa Olivia sobre un libro que leyó. Podría ser un juicio severo, aunque preciso, sobre su propia historia.
La naturaleza secreta de las cosas de este mundo
Por Patricio Pron
Anagrama
227 páginas, $ 9800