Reseña: La mujer sin razón, de María Martoccia
Isabel, una chica de diez años, es la narradora de La mujer sin razón, novela de María Martoccia que parecería transcurrir en la década del 60. A través de su punto de vista, se va mostrando un mundo familiar que se compone fundamentalmente de sus padres: Miguel y Julia, dos hermanos mellizos y los abuelos paternos Catalina y Franco.
Miguel es un médico que duda en ser cirujano. Julia padece períodos de depresión y, según su suegra, debería ser tratada en una clínica especializada en problemas mentales, pero su marido se niega. La abuela Catalina cree que los hermanos de su nuera son anarquistas y que el mayor estuvo implicado en muchas muertes. Cuando Miguel alude a esto, su esposa le replica que “tu familia mata de otro modo”, en referencia a la empresa maderera de Franco, al que acusa de obtener sus ganancias a costa “de la desesperación de la gente”.
Este trasfondo sociopolítico no termina de profundizarse. Se suceden distintos episodios a lo largo de tres años en los cuales, durante un tiempo, Isabel y su familia viven en la casa de sus abuelos y luego se trasladan a una zona rural donde Miguel se desempeña como médico clínico en un hospital.
En La mujer sin razón abundan los diálogos, una herramienta esencial de la autora para transmitir información pertinente y modelar a sus personajes. Su propósito no es elaborar una trama compleja, sino detenerse en el vínculo que se establece entre ellos; siempre desde la perspectiva de su narradora, un recurso que si bien limita las posibilidades argumentales le otorga al texto una intimidad sutil y contenedora.
La mujer sin razón
de María Martoccia
Beatriz Viterbo
215 págs. $ 3850