Reseña: Holly, de Stephen King
¿Una novela de terror? No, pero casi. Este año, Stephen King (Portland, Maine, 1947) eligió el thriller para retornar como lo hace cada doce meses. Y regresó con un personaje conocido, el de la investigadora privada Holly Gibney, presente de manera secundaria en Mr. Mercedes (2014) y en otras novelas del Rey del Terror, como se conoce popularmente al escritor.
Aunque el autor de Carrie, entre más de 60 títulos, pasa del horror y la fantasía al suspenso, logra mantener su esencia y su estilo. No solo sabe, como pocos, contar una buena historia y mantener la tensión a lo largo de más de 600 páginas, sino también conoce cómo dar carnadura y humanidad a sus personajes.
En su nueva novela, Holly, King apuesta, una vez más, a tornar lo que culturalmente se enviste de cierta inocencia y pureza en algo terrorífico y brutal. En este caso, lo hace con una pareja de profesores universitarios jubilados y cercanos a los noventa años, Rodney y Emily Harris. Estos, en apariencia, afables adultos mayores se valen de su vulnerabilidad para secuestrar y matar personas. Y lo hacen con un objetivo que es mejor no revelar, porque, como en la mayoría de las novelas del autor, los puntos de giro de la historia se agradecen.
Como todo thriller, Holly empieza con un misterio: ¿qué pasó con Bonnie Dahl, que desapareció sin dejar rastros? Por eso, la madre de la joven contrata los servicios de Holly. Y a partir de entonces, con maestría, King construye un relato que se asienta sobre el clásico juego del gato y el ratón.
Sí, Holly es en gran parte un thriller, pero, por momentos, la historia se construye sobre los elementos propios del terror, porque el escritor apela a dos miedos básicos: el pavor por los efectos degradantes del paso del tiempo sobre el cuerpo y la mente (la demencia, sobre todo) y el horror que desencadenan la crueldad y la barbarie humanas. Pero hay un tercer miedo que está presente como telón de fondo, el que provoca el avance del Covid-19, sobre todo en el período en el que se asienta la mayor parte de la historia, entre julio y agosto de 2021, cuando en Estados Unidos se registraron miles y miles de muertes.
Más allá de que los personajes deben enfrentarse a una enfermedad que hasta entonces era relativamente desconocida, el escritor busca exponer la grieta social que el virus provocó entre los norteamericanos, nutrida por las teorías conspirativas que ayudó a promover el expresidente Donald Trump, del que King es un férreo opositor: el negacionismo respecto al coronavirus y a los efectos probados de la vacunación.
Sobre esas bases, King edifica –como el mejor arquitecto– una historia trepidante que registra los miedos de una época más que digna para las historias de terror.
Holly, de Stephen King (Plaza & Janes). 624 páginas. $15.999