Reseña: Ética o conócete a ti mismo, de Pedro Abelardo
El alma y el pecado, en una original ética medieval
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Filósofo célebre en la época medieval, polemista tan temido por sus adversarios como requerido por los más importantes centros de la cultura del siglo XI, el nombre de Pedro Abelardo (1079-1142) ha quedado injustamente reducido, con el paso del tiempo, al de aquel que debió pagar con la mutilación de su cuerpo el amor experimentado por Eloísa. Por ello resulta una grata noticia la edición de su Ética o Conócete a ti mismo, en una impecable edición bilingüe.
En el Libro I de su Ética, Abelardo se concentra en el estudio del pecado; el Libro II, casi apenas esbozado, estaba destinado a las virtudes. Un componente central del texto es el lugar que el autor concede a la propia conciencia, haciendo del alma el terreno legítimo del combate moral: “En la intención, no en la obra –sostiene Abelardo–, radica el mérito y la alabanza del que la realiza”. En esa misma línea, aquello que permite remediar la falta cometida al pecar también tiene sede en la propia interioridad relegando el perdón eclesiástico al lugar de una mera gestualidad exterior. Por ello, de los tres componentes del sacramento de la reconciliación (el arrepentimiento, la confesión y la reparación), el único imprescindible es el primero. Pero, claro está, debe tratarse de un arrepentimiento genuino que se reconoce “cuando ese dolor y contrición del alma, antes que del temor a los castigos, proceden del amor a Dios”.
El extenso estudio introductorio de Natalia Jakubecki (investigadora del Conicet, a cargo además de la traducción), permite percibir la relevancia de la obra de Abelardo en el marco de las tensiones de su tiempo.
Ética o conócete a ti mismo
Por Pedro Abelardo
Ediciones Winograd. Trad.: N. Jakubecki
336 páginas, $ 11.000