Reseña: Élise o la vida de verdad, de Claire Etcherelli
Tan marcada por sus escritores hiperreflexivos o lingüísticamente lujosos, se tiende a olvidar que la literatura francesa también ha sido rica en autores para los que la realidad social y política es la materia prima sin excesos ni regodeos verbales.
Élise o la vida de verdad, de Claire Etcherelli (1934-2003), forma parte de esa tradición en que lo proletario, lo regional y la metrópoli parecen coincidir y que quizá haya encontrado su culminación en Annie Ernaux (que en la faja de esta edición subraya la importancia que esta novela de 1967 tuvo para la joven recién llegada a la gran urbe y aspirante a escritora que era).
El relato tiene como rumor de fondo la Guerra de Argelia, un conflicto colonial que en los años cincuenta estaba silenciado en la propia Francia. Élise sigue a su hermano menor Lucien –son huérfanos y los criaron los abuelos en Bordeaux– a París donde el segundo descubre la militancia y la primera comienza a trabajar en una fábrica automovilística. Allí conocerá a Arezki, un compañero de origen argelino, con el que pronto se relacionará amorosamente.
En ese clima, la novela registra –con su protagonista femenina– el racismo evidente, además de las dificultades obreras en un tiempo de fermentación que explotaría una década después (la novela transcurre en 1957). El final es inesperado, pero elocuente. Directa, con diálogos en los que no todo queda entrelíneas, es una de esas novelas que retratan con pulso contemporáneo las tensiones de toda una época.
Élise o la vida de verdad
Por Claire Etcherelli
Periférica. Trad.: Cecilia F. Santomé
268 páginas, $ 24.500