Reseña: El galpón, de Ricardo Strafacce
Hay novelas en que los personajes, les resulten entrañables o los detestados, sumergen al lector en la trama sin ambages para leerse de un tirón. Algo parecido ocurre con El galpón, novela corta de Ricardo Strafacce (Buenos Aires, 1958) que incluye tanto dosis de humor ácido como escenas de intensidad trágica.
Leonardo, un hombre gris, intelectualmente limitado, que sabe que su esposa lo engaña y hasta conoce los pormenores del asunto, sufre un golpe emocional rotundo que desmorona el puñado de certezas que tiene. Su vida se vuelve inverosímil desde que es secuestrado por un grupo de hombres, que aparentemente integran la fuerza policial, y retenido en un galpón. Con una serie de mecanismos narrativos, Strafacce –autor de El crimen de la Negra Reguera y La boliviana, entre más de una decena de novelas, y también de una monumental biografía de Osvaldo Lamborghini– construye los perfiles de Leonardo, su esposa Dolores, y los hombres que están en cautiverio con él.
A veces los personajes despliegan elucubraciones contrafácticas que ayudan a soportar la vida cuando no se vislumbra salida; otras veces, piensan hipótesis que los atormentan y a las que solo atinan a responderse con falacias. En ese torbellino de hechos insólitos que no dan tregua, las voces internas de Leonardo lo estrellan contra su propia estupidez. Por momentos, esa situación ominosa en la que viven privados de la libertad se naturaliza como una singular forma de supervivencia.
El galpón
Por Ricardo Strafacce
Blatt&Ríos. 120 páginas
$ 890