Reseña: El ciclo del refugio, de Peter Rock
El 15 de marzo de 1990 el mundo debería haber acabado. Un sinfín de bombas tendrían que haber caído y arrasado con toda forma de vida, pero nada de eso sucedió. La profecía de la Mensajera, líder del culto la Actividad, fracasó. Así, gran parte de sus seguidores, que habían trabajado durante años para construir refugios subterráneos, quedaron huérfanos de creencias. Sobre todo, dos de ellos, los por entonces niños Colville y Francine.
Ahora, cerca de los 40 años, los caminos de los dos personajes son muy diferentes. Ella se casó y está embarazada y él volvió a aferrarse a las enseñanzas de la Actividad. Es lo que cuenta El ciclo del refugio, de Peter Rock (Salt Lake City, 1967), el autor de Klickitat.
Para unir pasado con presente, Rock se vale de la desaparición de una nena. La novela comienza, de hecho, con su búsqueda, llevada adelante por Francine. Y en ese camino aparece Colville. El encuentro entre ambos desata los recuerdos de su infancia en el culto. Ella se conecta con ese período a partir de su embarazo. Él, en cambio, aborda un viaje en solitario por bosques y estepas.
La trama, la exposición del credo del culto, los estragos que dejó la secta en sus seguidores y el misterioso destino de la chica desaparecida son motores suficientes para volver atractiva la novela. Sin embargo, por momentos, la narración se vuelve reiterativa, con capítulos demasiado descriptivos sobre los viajes de Colville. Aunque quizá Rock amesete la trama para el impacto del final: una decisión brutal de uno de los personajes que busca shockear al lector –y lo logra– con eficacia.
El ciclo del refugio
Por Peter Rock
Godot. Trad.: Micaela Ortelli
200 páginas, $ 6690