Reseña: Dos soldados, de Ángela Pradelli
El italiano Pietro Freschi, que luchó en la Segunda Guerra Mundial, y el santafecino Héctor Roldán, que combatió en Malvinas, son los protagonistas de Dos soldados, libro testimonial de Ángela Pradelli (Buenos Aires, 1959).
Pietri (1922-2009) fue hecho prisionero por el ejército alemán y enviado al frente ruso. Tras sobrevivir a innumerables penurias, volvió a Italia en 1946. Roldán se incorporó como conscripto a la Infantería de Marina argentina y fue destinado a Río Grande. En 1982 iban a darle la baja con el rango de dragoneante, pero se produjo la recuperación de las islas Malvinas. A su batallón le correspondió defender el monte Tumbledown. Pradelli conoció la historia de los años de guerra de Freschi a través de un VHS familiar que él mismo había registrado. En el caso de Roldán, lo contactó telefónicamente y el excombatiente aceptó dar su testimonio.
La autora acertó al elegir la primera persona narrativa, que establece una cercanía emocional entre el lector y los relatos. Ambas crónicas se desarrollan en un tono mesurado que refleja personalidades sencillas, pero dispuestas a enfrentar las adversidades con coraje y paciencia. En Dos soldados se evitan los golpes de efecto e innecesarios toques melodramáticos. Esta moderación expresiva le otorga mayor validez documental y –de una manera calma y precisa– refuerza el horror de la guerra.
El libro se cierra con un firme alegato antibelicista de Pradelli, en el que se exhorta a las sociedades a asumir que los conscriptos son víctimas de los gobiernos de sus países, que los mandan al frente a matar o morir.
Dos soldados
Por Ángela Pradelli
Emecé
227 páginas, $ 2910