Reseña: Destructor ARA Bouchard en Malvinas, de Washington Bárcena
Testimonios de primera mano sobre la Guerra de Malvinas
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La rememoración de los cuarenta años de la Guerra de Malvinas suscitó la aparición de obras en las que varios de los protagonistas de acciones libradas en las islas, el mar y los cielos australes, volcaron sus vivencias con una intensidad y emoción que perdura a pesar del tiempo transcurrido.
Hay que celebrar la determinación de registrar episodios que, una vez desaparecidos los actores, pueden correr el riesgo de perderse para siempre. Nuestro país ha sido poco cuidadoso en la preservación de fuentes valiosas, tanto en lo que se refiere a los enfrentamientos armados con países extranjeros durante el siglo XIX como en lo que atañe a nuestros múltiples y fatídicos enfrentamientos fratricidas. Algo parecido puede decirse acerca de otras facetas del pasado remoto y reciente. A la falta de recuerdos escritos o grabados se sumó el desinterés por resguardar la correspondencia epistolar, unas veces destruida por desaprensión y otras adquirida por ávidos coleccionistas de distintas partes del mundo.
Destructor ARA Bouchard en Malvinas. Testimonios de los tripulantes compilados por su comandante, libro en el que el capitán de navío Washington Bárcena reunió sus propias observaciones con los testimonios del personal del buque que comandó durante las operaciones para la recuperación de las islas Malvinas, el destructor ARA Bouchard, adquiere gran interés no solo porque se vincula con la odisea del crucero General Belgrano, del que actuaba como nave escolta, a cuya tripulación socorrió en medio del mar embravecido tras su hundimiento por un misil inglés, sino por su propio desempeño en aquellos días.
El Bouchard poseía un prolongado historial, pues había combatido, como parte de la marina de los Estados Unidos, en la Segunda Guerra Mundial y en otros episodios bélicos. Al estallar el conflicto del Atlántico Sur, se ordenó al entonces capitán de fragata Bárcena bloquear Puerto Argentino con su destructor para proteger el desembarco de las fuerzas que participaban en la Operación Rosario, y luego se le asignó la misión de proteger con sus armas a la nave más importante de la escuadra. De ese modo, el fatídico 2 de mayo pudo ejecutar su misión, junto con el destructor Piedrabuena. Rescató heridos, no sin sufrir averías, para regresar a la zona de combate y cumplir otras misiones.
Todo lo cual está relatado por el comandante, los oficiales y suboficiales experimentados, pero también por cabos y conscriptos que, recién cumplida su etapa de instrucción, se hicieron veteranos en medio del fuego y las vicisitudes que depara el mar. Son páginas en que aflora la emoción y se pone en evidencia que el “espíritu de buque” que animó a la dotación del Bouchard sigue vivo a pesar del paso de los años.
Destructor ARA Bouchard en Malvinas
Por Washington Bárcena
Argentinidad
266 páginas, $ 4799