Reseña: Dafne sobre fondo de Monte Fují, de Emilio García Wehbi
Al igual que en su incursión previa en el campo de la novela –Maratonista ciego, de 2020–, Emilio García Wehbi (Buenos Aires, 1964) coquetea en Dafne sobre fondo de Monte Fují con las texturas de su propia vida, canibalizándola y moldeándola en virtud de las necesidades de la ficción; solo que esta vez la apuesta resulta más intensa, más extrema y, en cierto modo, tan atiborrada de peripecias y de ambiciosas –y a veces solo pretenciosas– cápsulas de sentido que termina por abrumar al lector.
Parte de ese redoble, al margen de su extensión, radica en la decisión de componer una suerte de álter ego no solo homónimo sino convertido además –a diferencia de lo que ocurría en su predecesora– en narrador: una primera persona asfixiante, fervorosa, que se manifiesta en cada instancia. Esa apropiación, que recuerda la prédica de Rafael Spregelburd en torno a intervenir actoralmente en el corazón de sus propias obras, es la manera en que García Wehbi elige poner el cuerpo en el interior de la ficción. Y el cuerpo es justamente el epicentro de esta novela.
El cuerpo del narrador y protagonista, extasiado, percudido, maleado, exprimido, y el de esa otra manifestación omnipresente, punto de partida y punto de fuga, que es Katsumi, una criatura enigmática y perturbadora, la apenas terrenal “Dafne” a la que alude el título, que encuentra en el mito griego –la ninfa inaprensible– su alimento y hasta cierto punto su condena.
Katsumi es una joven y bellísima mujer a la que Emilio conoce en su primer viaje a Japón, un país y una cultura por los que hasta ese momento se había sentido muy poco atraído. La razón del viaje es una invitación a dar un taller y una conferencia, pero muy pronto aquello pasa a un segundo plano producto de la fascinación, por no decir la adicción, por aquel cuerpo que es ante todo un enigma y, como se comprobará en adelante, a la vez un campo de disputa. Katsumi se sabe víctima de una maldición familiar, y esa maldición parece abarcar el mundo entero, determinándolo todo.
Aunque el argumento de Dafne sobre fondo de Monte Fují se torne extremadamente espiralado, aunque el texto se halle plagado de referencias y soportes teóricos con frecuencia antojadizos, hay en García Wehbi una modulación de lo narrativo que es tan singular como poderosa: una tensión constante entre los hechos y su misterio, entre las ambigüedades de la percepción y la necesidad de llevar a la materialidad –al cuerpo– las obsesiones y los fantasmas para comprenderlos, para lidiar con ellos. Si hay una cualidad que se impone a otras en esta novela es la de persistir en esa tensión, esto es: la de revelar a Katsumi y aun así no resolver su misterio.
Dafne sobre fondo de Monte Fují
Por Emilio García Wehbi
DocumentA/Escénica
355 págs./$ 19.000