Reseña: Cuentos completos, de Dylan Thomas
A Dylan Thomas (1914-1953) –este año se celebra su centenario– se lo conoce como poeta juvenil y caudaloso, de potentes imágenes en cadena. También fue extremedamente popular. Como recuerda Manuel Vicent en el prólogo, “el público vio en él a una estrella que se ofrecía en sacrificio y se despeñaba desde lo alto. Pero el éxito no le ofreció escapatoria”. Arrasado por el alcohol, su vida fue, como la de Rimbaud, trágica y meteórica.
Menos conocida es su condición de cuentista eximio, que vuelve a recordar esta edición de sus Cuentos completos. Además de algunos relatos sueltos de juventud –que figuran como apéndice–, Thomas concluyó tres volúmenes narrativos : Hacia el comienzo, Retrato del artista cachorro (el único que salió durante su vida) y Con otra piel.
Los cuentos del poeta están también guiados, como sus versos, por la ductilidad de la lengua, pero sin caer en los excesos en que caen a veces los bardos puestos a contar. El registro sensorial es manejado con mano maestra, no falta el lirismo, pero tampoco la comicidad y un eventual registro de crónica.
El interés primordial del volumen se encuentra en Retrato del artista cachorro, título que juega con el del “retrato adolescente” de Joyce. Son textos que, enhebrados, forman una suerte de educación sentimental del propio autor, durante su infancia y juventud en el Gales natal. Virtual novela de formación, con una notable percepción para pintar no solo lo que afecta su carácter de futuro vate, sino también para capturar el ambiente provinciano y la naturaleza, muestra un estilo fluido, ligero y profundo a la vez, de un artista que sabía cómo narrar.
Cuentos completos
Por Dylan Thomas
Nórdica. Trad.: M. Martínez-Lage
530 págs./$ 36.200