Reseña: Chicas en tiempos suspendidos, de Tamara Kamenszain
A semanas de la muerte de Tamara Kamenszain, es posible que su último libro de poemas se lea como un réquiem; incluso el título de la sección que lo cierra, “Fin de la historia”, y donde la autora recapitula su plan de acción, se asemeja a una despedida: “serán otras las que al dorso / de una foto del siglo XX / reconozcan nuestros nombres / me digo mientras me voy retirando”. Pero –o “sin embargo sin embargo”, uno de los estribillos de Chicas en tiempos suspendidos– es mucho más que el adiós de la escritora que a lo largo de su obra hizo desfilar a psicoanalistas, padres, exparejas, amigas, filósofos, narradores, poetas y, en este caso, a “poetisas” como Alfonsina Storni, Blanca Varela y Delmira Agustini.
Kamenszain recupera anacronismos y crea neologismos para inyectarles un antídoto contra “el virus del estereotipo”.Escrito durante la extensa cuarentena de 2020, el poema de Kamenszain, que antes había entrecruzado su escritura con materiales autobiográficos y narraciones, asume una original inflexión ensayística y testimonial: hay referencias a la lucha feminista de las “chicas” de pañuelo verde en las calles y a la pandemia tanto como a la fuerza cognitiva de la poesía. También prueba con un uso puntual y poético (como no podía ser de otro modo) del lenguaje inclusivo. Parafraseando el subtítulo de uno de sus ensayos, Kamenszain escribió no solo “con lo que hay”, sino además con ese “algo que sin embargo sin embargo / de ningún modo podemos pronosticar” y que existe en la vida y en la literatura.
Chicas en tiempos suspendidos
Por Tamara Kamenszain
Eterna Cadencia
88 págs./$ 850