Reseña: Apuntes italianos, de Roberto Gargarella
Surgidas casi en su totalidad de un blog que empezó a publicar hace casi dos décadas, Apuntes italianos reúne crónicas –por darles un marco genérico aproximado– del abogado y sociólogo Roberto Gargarella (Buenos Aires, 1964), jurista y académico de gran prestigio. Son notas de viaje, estampas y reflexiones al paso; es decir, una faceta de su escritura y de su circulación en el campo intelectual mucho menos conocida, y hasta ahora inédita en libro, que las del combate eminentemente político y el texto de tinte académico.
El mismo Gargarella aclara en el prólogo que esta arista “más cercana a la literatura” supo encontrar en el blog, desde su inicio, un “ámbito natural y propio”. Y quizá sea a causa de esta preocupación o búsqueda, es decir, la necesidad o deseo del autor de distanciarse de sus otros registros, que estas notas se leen en general como reseñas algo vaporosas de la realidad, o con mayor precisión, de la experiencia.
Justamente los episodios que rinden cuenta de sus diversos pasos por Italia –en rigor, y a pesar del título, una pequeña porción del libro– reflejan esa tibieza, como si intentase hallar una perspectiva diferente prescindiendo de ciertos modos de lo enfático e incluso de lo conceptual, lo que decanta en una falta de apropiación de sus “objetos de estudio”, lo que se traduce en una subjetividad débil, impersonal.
Otras veces la crónica se establece con mayor contundencia, pero la mirada del cronista elige a continuación los lugares comunes o, apenas, la reacción lógica esperable. Así, por ejemplo, el lector descubre su fastidio por los yanquis que confunden la Argentina con Colombia –o no les interesa diferenciar los países–, o creen que aquí nos la pasamos bailando salsa; de que los uruguayos son –se supone– las personas más correctas y amables del mundo; que las clases altas de Brasil y de todas partes son despreciativas y arrogantes; que hay dos tipos de intelectuales, los que se conforman con el orden establecido y los que no; o que los franceses son capaces de sortear, sin despeinarse, a un inmigrante acostado en medio de la calle.
Más agudo, más literario también, por momentos Gargarella se recuesta en los pequeños gestos, en el registro de costumbres no tan manifiestas, o en el retrato menos personal y paradójicamente más sensible. En esas instancias –la crónica de sus días en Perú o Bolivia, por citar dos casos–, la escritura toma otro vigor, otra espesura, que no renuncia, sin embargo, a determinados rasgos de saludable ligereza.
La escritura de Apuntes italianos recupera a su manera la clásica figura del cronista como alguien que, a través de un prisma –y acaso de un credo–, observa el mundo solo en los términos que le son propios.
Apuntes italianos
Por Roberto Gargarella
Seix Barral
335 páginas, $ 29.400