¿Realidad o ficción? El Borges asombroso perfilado por la memoria inquieta de Jay Parini
El maestro argentino comprendió muy bien que la mente es un tejido de alusiones, dice el escritor norteamericano, que recreó los días compartidos con el autor de “El Aleph”
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Cuando era un joven estudiante de posgrado en Saint Andrews, a inicios de la década de 1970, el escritor estadounidense Jay Parini (Pittson, 1948) conoció a Jorge Luis Borges en esa ciudad escocesa y, durante algunas jornadas, se convirtió en el lazarillo del autor de Ficciones, a quien, como revela en Borges y yo. La novela de un encuentro (Emecé), aún no había leído. “Algo en él me abrumaba por completo –dice Parini–. Era tan encantador, tan culto, tenía tanta literatura en la cabeza y podía citar con tanta facilidad. Comencé a leerlo atentamente poco después de nuestro breve encuentro, y lo he leído y releído durante cinco décadas, siempre con asombro y gratitud”. El Borges de Parini, locuaz y extrovertido, se asemeja por momentos a un personaje de Mark Twain.
En la Argentina, el lanzamiento del libro –que se puede clasificar como “novela de no ficción”– vino acompañado de polémicas por algunas de las revelaciones y por la opinión negativa de la viuda del escritor, María Kodama, que tildó a Parini de fabulador. “Supongo que Emecé, que publicó la obra de Borges, no va a publicar semejante disparate, y espero que no lo haga –había dicho Kodama a la prensa meses atrás, cuando se anunció que el libro había sido contratado–. Y si llegara a salir, tendré que actuar de alguna manera, porque no puedo permitir esto. Es un verdadero horror”. Borges y yo fue publicado por Emecé con traducción de Agustín Pico Estrada.
“Supe de su oposición a mi libro –dice Parini al respecto–. No recuerdo haberla conocido y no me importa si ella piensa que soy un mentiroso. Sospecho que está protegiendo el legado de su exmarido, y eso no es malo en sí mismo. Ella no quiere verlo convertido en un ser humano que tiene un cuerpo y funciones corporales, que no es un huésped perfecto, que quizá hablaba demasiado a veces. Solo puedo confiar en mi propio recuerdo de haberlo conocido y admito en el epílogo de mi libro que estoy volviendo a contar historias que he repetido muchas veces, y hay necesariamente un aspecto ficticio en este proceso de recuerdo”.
En las páginas de esta biografía ficticia, el máximo escritor argentino bebe abundante cerveza, come brownies sazonados con hachís y se despacha sobre diversos temas, incluido su romance con una joven estudiante: María Kodama.
Parini alega que toda escritura que pasa por el filtro de la memoria se convierte en ficción. “Es una idea clave en Borges –explica–. Uno da forma y reforma el pasado. Todo lo que pido es que los lectores evalúen el libro como una narración y hagan sus propios juicios sobre su naturaleza y la historia que cuenta. La mayoría de los lectores verá un retrato comprensivo de Borges, que era un hombre verdaderamente amable”.
El estadounidense es autor de biografías de gigantes de la literatura de su país como John Steinbeck, Robert Frost, William Faulkner y Gore Vidal, entre otros. Su libro sobre Leon Tolstoi (La última estación, que narra la etapa final de la vida del autor de Ana Karenina) fue llevado al cine en 2009 por Michael Hoffman. En la actualidad Parini trabaja en la adaptación teatral de este libro, en una novela sobre el británico Graham Greene, al que conoció en la década de 1980, y en un nuevo libro de poemas.
Borges y yo tiene como precursor un texto borgeano, el breve relato homónimo de poco más de trescientas palabras incluido en El hacedor. “Mi libro surgió de su pequeño reflejo, de ese cuento de autoevaluación donde se pregunta: ¿Quién soy yo? –cuenta Parini–. Todos creamos un poco de ficción acerca de nosotros mismos, y a veces tenemos varias versiones. En este libro comencé a hacer un balance de cómo me convertí en la persona que soy ahora, o que llegaría a ser”.
Su novela del encuentro con Borges en tierras de Stevenson se inicia una mañana de 1986. “Comienzo con la muerte de Borges, cuando yo era un joven escritor y maestro, casado y con hijos pequeños. Por supuesto que estoy escribiendo desde la distancia de la edad: ¡soy mayor ahora que Borges cuando nos conocimos! Con algo de perspectiva, me esforcé por imaginar mi propia ignorancia e ingenuidad juvenil. Yo era una página en blanco en esos días, ¡y me tomó muchos años escribir algo valioso allí! Todavía soy un comienzo, en muchos sentidos”.
¿Qué es lo que más valora Parini de Borges? “Su valentía filosófica –responde–. Nos hace cuestionar la causalidad, nos obliga a afrontar la ficción del tiempo, a repensar la inmortalidad. Comprendió muy bien que la mente es un tejido de alusiones y que siempre estamos dando forma a nuestro sentido del mundo a través de lo que leemos. Borges también cuestiona la originalidad: creía en las verdades perpetuas que encuentran su camino, una y otra vez, en boca de nuevos oradores, nuevos escritores. Nadie es original. Somos parte de una comunidad de lectores y oradores, escritores y pensadores”.
Parini se refiere al arte de la biografía, que cultivó con éxito a lo largo de su vida. “Requiere de mucha paciencia –afirma–. Uno tiene que examinar innumerables cartas y diarios, entrevistar a mucha gente y leer aún más. También requiere un don para la narrativa. Una biografía también es una obra de ficción: el biógrafo da forma a una vida y debe crear un relato convincente. Los hechos están muertos. Deben peinarse en una determinada dirección para que tengan sentido”.
Pese a numerosas pruebas en contra a lo largo del tiempo, cree que la biografía aún no es comprendida como un género literario prestigioso. “No se la acepta del todo en la misma habitación que están la novela o el poema. Pero una buena biografía es una obra de arte suprema, que se basa en las mismas fuentes lingüísticas e intelectuales en las que se basan los novelistas, poetas y filósofos”.
Escocia no solo sedujo a Borges. Parini también se rindió al hechizo de ese país y de sus escritores. “Caí en una multitud, una pequeña multitud, de asombrosos poetas y críticos: Alastair Reid, George Mackay Brown, Norman MacCaig, Anne Stevenson, Phililp Hobsbaum. Conocí al poeta Seamus Heaney. Mi comprensión de lo que era un poema, cómo funcionaba un relato, comenzó a formarse allí, y respondí mucho al lugar y a la gente. Había un encanto físico en el paisaje escocés, en el clima frío y duro, que de alguna manera se me metió en la cabeza”. Hasta ahora, Parini no ha visitado la Argentina. “Pero he leído mucho sobre el país de Borges, y admiro a Julio Cortázar y Silvina Ocampo, a Ernesto Sabato y Manuel Puig, por nombrar lo obvio. Espero poder visitarla pronto; tengo muchas ganas de conocer Buenos Aires”.
El primer libro de Parini, Singing in Time, de 1972, fue una colección de poemas. “Considero que mi poesía es mi obra principal. Amo la cercanía a la vida que la poesía permite, e incluso refuerza. Es un despliegue minuto a minuto de la imaginación en tiempo real”. Lee y escribe poemas casi todos los días. En 2022, el sello Buenos Aires Poetry publicará una selección de poemas de Parini, traducidos por el escritor y editor argentino Juan Arabia.
¿Borges se convertirá, como sus amados Dante, Cervantes y Shakespeare, en un clásico? “Sin duda –afirma el hombre que conoció al autor de Historia de la noche a orillas del mar del Norte–. Los autores clásicos han alcanzado ese estatus porque han entendido cosas importantes sobre la condición humana. Todos somos seres humanos frágiles. Todos nos enamoramos. Todos experimentamos decepción. Intentamos hacer amigos. Tenemos éxito o fracasamos en matrimonios, en profesiones. Tratamos de ser buenos padres, o buenos hijos e hijas. Muchas de las ideas de las grandes religiones del mundo nos afectan a diario. Los clásicos siempre tienen mucho que decirnos. Y esta gran fuente de vida nunca se detiene”.
PERFIL: Jay Parini
■ Jay Parini se graduó en Lafayette College en 1970 y recibió un doctorado por la Universidad de Saint Andrews en 1975. Mientras se formaba en esa casa de estudios en Escocia, conoció a Jorge Luis Borges.
■ En 1972 publicó su primer libro de poemas. Es autor de novelas protagonizadas por Herman Melville y Leon Tolstoi (La última estación, en su edición en español), entre otros iconos de la cultura universal, de ensayos sobre poesía, religión y literatura, y de biografías de John Steinbeck, Theodore Roethke, Robert Frost y William Faulkner.
■ Editó la Oxford Encyclopedia of American Literature y escribe regularmente para The Guardian, The Huffington Post y otros medios. En 1993, obtuvo la Beca Guggenheim y, en 1997, su novela Benjamin’s Crossing (sobre el pensador alemán de origen judío Walter Benjamin) fue elegida como libro notable del año.
■ Su novela más reciente es The Damascus Road, sobre la vida de san Pablo.
■ Borges y yo se publicó originalmente en 2020 y recibió elogios de Ian McEwan y Ann Beattie, entre otros escritores. Parini está casado con la psicóloga, guionista y escritora Devon Jersild, con la que a veces comparte proyectos creativos. Es padre de tres hijos y vive en Weybridge, Vermont. Enseña en Middlebury College desde 1982.