Marcos Novaro: “Milei decía que los iba a jubilar a todos, pero hoy los necesita para el balotaje”
En las elecciones del domingo, el votante le prestó atención a la motosierra de Milei y al boleto de 1100 pesos de Massa, dice el sociólogo; en la segunda vuelta, señala, el candidato libertario debería cambiar de estrategia
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Hoy más que nunca, entender a la Argentina necesita de mentes entrenadas en el vértigo. La realidad cambia segundo a segundo y despista. Lo que se ve puede ser una simulación. Lo que se dice, fácilmente olvidable. Después del resultado de las elecciones presidenciales del último domingo, ningún político parece estar parado donde supo estarlo apenas hace una semana. La instancia de balotaje entre los candidatos a presidente Sergio Massa y Javier Milei movió todas las fichas del tablero.
Marcos Novaro, sociólogo y filósofo, politólogo, se anima a interpretar acciones y dichos. A analizar campañas políticas recientemente viejas y entrever lo que se viene. En esta entrevista, sobre el anuncio de Patricia Bullrich para acompañar a Milei dijo que “es un acuerdo meramente personal que no va a tener mucha eficacia”. Y que hoy por hoy, tiene más chances de ganar el candidato del oficialismo: “Milei la lleva difícil para la segunda vuelta. Porque mientras Massa tiene que ocultar la realidad, él tiene que ocultarse a sí mismo”, afirmó.
"Milei apostó a que con la bronca alcanzaba, que lo iba a llevar del 30% de las PASO hacia arriba, y la verdad es que fue un fracaso"
La supervivencia de la alianza de Juntos por el Cambio (JxC) como la conocimos hasta ahora, sin duda está en juego a partir del acercamiento Bullrich-Macri-Milei. “Bullrich habló de libertad de acción para mantener cierta ambigüedad y no ser señalada por el resto de los actores, de la UCR pero también del resto del PRO, como los que rompieron la coalición”, precisó Novaro.
Mientras tanto, hay otros planetas alineándose: “La emergencia muy veloz de una liga de gobernadores triunfantes –subraya Novaro–, es lo más interesante que le ha pasado a Juntos por el Cambio”. Lo dice por Rogelio Frigerio, Alfredo Cornejo y Maximiliano Pullaro, ganadores de las elecciones en Entre Ríos, Mendoza y Santa Fe, respectivamente.
Durante la charla, Novaro también se detiene en Unión por la Patria, en la relación de Massa con el gobernador Axel Kicillof, que retuvo la provincia el domingo, y de ambos con el kirchnerismo.
Novaro señala que las elecciones del domingo pusieron en juego dos pasiones. “Primero, demostraron que la bronca es una fuerza importante del electorado, pero convoca a una minoría. Por otro lado, que el miedo funciona. Las campañas de Javier Milei y Sergio Massa fueron básicamente la movilización de la bronca y el miedo. Consiguieron minorías y van a tener dificultades para formar mayorías, aunque esas pasiones han sido suficientemente contundentes como para ocupar la escena”, dice.
–¿Por qué Massa logró imponer el voto miedo a Milei, cuando en realidad muchos de los que lo votaron tienen hoy miedo de no tener qué comer o ser víctimas de la inseguridad?
– Los que se movilizaron para votar a Massa en esta primera vuelta fueron votantes de sectores bajos del conurbano y de algunas provincias con tasas de pobreza muy alta. Es el tradicional votante del peronismo, desanimado, sin muchas expectativas, pero que se asustó con la dolarización, con la motosierra, con el boleto de tren a 1100 pesos. La campaña de Milei le hizo las cosas fáciles a Massa, porque Milei apostó a que con la bronca alcanzaba, que lo iba a llevar del 30% de las PASO hacia arriba, y la verdad es que fue un fracaso. Terminó siendo favorable a Massa. Milei se entusiasmó con el clima de gente enojada que lo acompañaba en las recorridas. Pero, mientras, en los barrios había un temor creciente a que llegara al poder y pulverizara el peso, aumentara las tarifas y diera un salto al vacío.
"La insistencia de Bullrich en la corrupción del Gobierno fue otro error entre varios, porque no pesó en la agenda real del electorado"
–De todas maneras, Milei pudo lo que no pudo Patricia Bullrich: llegó a la segunda vuelta. ¿Qué pasó?
–Milei por lo menos movilizó esa pasión, esa bronca. Bullrich no logró movilizar ninguna. Si Milei fracasó con su motosierra, el fracaso de Patricia con el yate de Insaurralde es aún más resonante porque no participó de la conversación que se estaba dando. La gente le prestó atención a la motosierra y al boleto a 1100 pesos. Esa era la conversación sobre los salarios, las posibilidades de sobrevivir...Patricia estaba hablando a la pantalla de los programas políticos que ven una minoría, no pesó en la agenda real del electorado. Esa insistencia con la corrupción fue el último error de una serie de errores de su campaña, de idas y vueltas, de desacuerdos hasta el final con Macri, que insistía con que Milei tenía buenas ideas que no iba a poder implementar, y que en todo caso habría que ayudarlo con la dolarización, la eliminación del Banco Central... Bullrich empezó tarde a decir esas ideas son malas, que había que ir con otras ideas, pero nunca pudo explicar cuáles eran esas otras ideas.
"La idea expresada de la libertad de acción está tratando de mantener cierta ambigüedad para no ser señalados por el resto de los actores, de la UCR pero también de los demás del PRO, como los que rompen la coalición"
–¿Y cómo habría que leer el apoyo que Bullrich le dio el miércoles a Milei para el balotaje?
–El anuncio de Macri y Bullrich de apoyar a Milei es presentado como una decisión a título personal, que no excluye ni impide la libertad de acción. Están tratando de diluir el hecho de que con este planteo someten, no solo a Juntos por el Cambio, sino también al PRO, a una ruptura. Y esto es así porque buena parte de la dirigencia del PRO, no solo Horacio Rodríguez Larreta, se opone. Los que acompañan a Milei buscan disipar el hecho de que están propiciando una ruptura del partido. Lo que demuestra también es que Patricia no puede conducir ni siquiera su fuerza, y evidencia la posición de debilidad desde la que toman esta decisión. También la dificultad que esto supone en torno a la eficacia que pueda tener. No hay ninguna garantía para Milei de que el acuerdo con Bullrich vaya a ser eficaz para su triunfo. Puede terminar siendo una decisión con un altísimo costo para el PRO, sin mayor beneficio. Si no logran dar vuelta la elección, que parece más tirada a favor de Massa, esta apuesta por Milei es un nuevo fracaso electoral. Bullrich y Macri quedarían así como los definitivos mariscales de la derrota. Macri ya lo era, con su desempeño durante la campaña de las PASO y de la primera vuelta. Bullrich ha decidido compartir el destino de Macri y atarse a un éxito improbable de Milei. Puede ser la apuesta final para ambos.
–El apoyo de Bullrich y Luis Petri ¿enumera una serie de condiciones programáticas o no?
–No esta explicitado que sean condiciones que le imponen a Milei. Con lo cual claramente él podrá ignorarlas. Agradeció el apoyo, y como única respuesta a esos once puntos , subió a su cuenta el meme de un tierno león abrazando a un pato. Si querían darle un carácter más programático al acuerdo fracasaron, no era el modo. Así queda aún más débil todo el planteo de Bullrich. Y es más fácil de impugnar. Todo pinta mal en este entendimiento; es un acuerdo meramente personal que no va a tener mucha eficacia.
–¿Y qué pasará en Juntos por el Cambio con esta decisión de Bullrich?
–La idea expresada de la libertad de acción está tratando de mantener cierta ambigüedad para no ser señalados por el resto de los actores, de la UCR pero también de los demás del PRO, como los que rompen la coalición. Ellos dicen “lo hacemos a título personal”, y los que se inclinan por la neutralidad o por apoyar a Massa pueden decir “bueno, cada uno sigue su camino y dejamos en suspenso la coalición”. Ese puede ser uno de los efectos que tenga esta decisión, que no termine de desencadenar la crisis de Juntos por el Cambio porque se acepte esta ambigüedad. Es posible entonces que la amenaza que hizo Ernesto Sanz, de que si apoyan a Milei no sigue existiendo la coalición, también quede como un juego de presiones que patea el desenlace para el 20 de noviembre. En el caso de que Milei triunfe, entonces ahí sí se confirmaría la ruptura. Ahora si esa apuesta fracasa, y el libertario pierde, el PRO podría naturalmente volver al seno de la coalición sin ser expulsado. También hay otra posibilidad de que le tomen la palabra a Sanz y entonces, una parte del PRO se prepare para un divorcio, e incluso ante el fracaso, considere que no tiene sentido seguir cargando con Macri y Bullrich. Así tendríamos dos PRO: uno dentro de la alianza y otro fuera. No hay que descartar que eso suceda. Hay que ver qué hacen Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, los gobernadores aliancistas, los dirigentes que están en contra de esta decisión del tándem Bullrich-Macri. En resumen, esta apuesta es solo compatible con la supervivencia del PRO, si fracasa. Si tiene éxito va a llevar a la ruptura inevitable. En este caso, Milei sumaría a un eventual gobierno a estos dirigentes y su entorno, y el resto del PRO, todavía aliado con Juntos por el Cambio, seguiría su propio camino.
–¿Cómo ve la intervención de los gobernadores de la oposición en este escenario?
–Los legisladores y los gobernadores se van a declararan por la neutralidad en su mayoría. Lo que le ofrecieron a Milei, finalmente, es un aporte escaso. Más allá del acuerdo, la emergencia muy veloz de una liga de gobernadores triunfantes es lo más interesante que le ha pasado a Juntos por el Cambio. Frigerio, Alfredo Cornejo y Maximiliano Pullaro impulsan a los demás porque saben que viene una negociación durísima con el futuro presidente, y solo podrán llevarla a cabo en bloque. Ambos candidatos admiten que les van a achicar los recursos. Incluso Massa ya lo hizo con Ganancias e IVA y las provincias tienen una perspectiva de estar en rojo el año próximo.
"En la segunda vuelta, mientras Massa, que es un gran simulador, tiene que ocultar la realidad, Milei tiene que ocultar su personalidad, hasta aquí su capital político"
–¿Y cómo sería esa película para Axel Kicillof, reelecto gobernador de la PBA?
–Hay que ver qué hace Massa, si gana, para que no le estalle la provincia en las manos a Kicillof. Entre ellos van a existir motivos de tensión y de cooperación. Pero también se la van a tener que ver con La Cámpora, que creció territorialmente, y a la que Axel ya le advirtió en campaña que hay “nuevas melodías que explorar”. Esa es otra tensión que existe y amenaza con crecer, y se basa en que Kicillof ambiciona tener la provincia de Buenos Aires como plataforma de lanzamiento a futuro. Massa, de ganar, va a administrar el ajuste también en Buenos Aires, y necesita el apoyo de la provincia, tener paz pero también socios. ¿Cuáles son los más tentadores? Kicillof y La Cámpora. El primero no controla muchos legisladores en Diputados. No tiene una bancada propia. Massa necesita el apoyo de esos diputados que son kirchneristas. Para él, tal vez resulte más tentador lo que hacía Carlos Menem, sortear a los gobernadores para ir a negociar directo con los intendentes, que son más kirchneristas que de Kicillof. El gobernador bonaerense puede terminar siendo el pato de la boda. Con Milei presidente, obvio, el futuro para Axel todavía es más negro, porque lo primero qué haría un gobierno no peronista es recortar la transferencia de recursos que viene beneficiando a la provincia.
–Volviendo al voto en las elecciones presidenciales ¿por qué cree que no importó “el yate de Martín Insaurralde”?
–Hay toda una discusión acerca de si la gente votó corrupción. ¿Este es un aval a la corrupción? Lo que salta a la vista es que la gente no les prestó mayor atención a los escándalos de corrupción en un contexto donde hay muchos otros temas muy angustiantes. Si hoy tenés una situación en la que la inflación está devorando tus ingresos, y hay que elegir entre el tipo que te dice que “hay que terminar de incendiar el peso para que tus ingresos vuelvan a valer”, y el que te asegura “lo peor ya pasó, yo voy a frenar la crisis”, lo que hacés es prestarle atención a esa discusión. Más que aval a la corrupción, hay desatención. No se puede decir que quién apoyó con el voto al Gobierno es completamente indiferente a la corrupción. Hay un empobrecimiento tan masivo que es comprensible que la corrupción hoy esté en un segundo plano. Hasta mediados de año, antes que estallaran los escándalos más resonantes, según las encuestas, era un tema más importante. Ayudaba en parte que Cristina estuviera más presente. En escena Cristina, hace que la corrupción suba en la atención pública. Habla Cristina, la corrupción sube. Por eso, el oficialismo fue muy hábil y disciplinado en hacer desaparecer de la escena electoral a Cristina y su entorno.
–En cambio, Juntos por el cambio no pudo correr a Macri.
–Esa es otra razón por la cual la campaña oficial fue exitosa y la de los demás, no. Massa haciendo las veces del contendor de la crisis y el vocero del nuevo gobierno. El peronismo se alineó. La inflación seguía subiendo y Juan Grabois, los sindicatos, La Cámpora, todos callados. Del otro lado, en cambio, tenías un permanente ruido. En la campaña Milei mostró un entorno muy caótico. Y Bullrich no pudo convertirse en la jefa de su coalición. En gran medida por responsabilidad de Macri, pero también por déficit propio.
–Pero Milei a pesar del caos de su entorno, lo logró, ¿por qué? ¿porque se vendió como el cambio?
– No lo logró. Fue una campaña fracasada la suya. Milei no respondió a las expectativas que generaron las PASO. Si consideramos que Juntos por el cambio estaba perdiendo votos, que la crisis económica estaba agravándose y que había una polarización donde el electorado opositor sigue siendo ampliamente mayoritario, el fracaso de Milei es más resonante. La situación lo favorecía y no supo capitalizarla.Bullrich después de las PASO tenía las cosas difíciles, Milei no. Fracasó por mal diagnóstico y por ese entusiasmo fanático que tiene contra la dirigencia política. “Yo los voy a jubilar a todos”, decía, y hoy los necesita para la segunda vuelta.
–¿Quién la tiene hoy más fácil para la segunda vuelta?
–Milei la tiene difícil. Porque, mientras Massa tiene que ocultar la realidad, él tiene que ocultarse a sí mismo. Massa es un gran simulador y tiene que dar continuidad a su estrategia. Milei tiene que dar un giro a su estrategia, tiene que ocultar su personalidad, lo que ha sido hasta ahora su principal capital político. No es que tiene la elección perdida, pero es muy difícil. Las cartas están más del lado de Massa por la ventaja que sacó y porque la campaña ya la tiene ordenada. Aunque el problema para él es que parte del votante radical y de Horacio que necesita, ya los incorporó en la primera vuelta.
–Estas elecciones pueden estar terminando con dos ex presidentes como Macri y Cristina.
– Los ex presidentes en Argentina son factores disolventes. Los que se van con algún capital quieren volver. Roca, Perón, Alfonsín, Menem, siempre quisieron volver y tener su tercer tiempo. Eso es terriblemente tóxico. El presidencialismo latinoamericano es un dolor de cabeza. Para ser un partido, el PRO tiene que jubilar a Macri. Y esta es una discusión más allá del voto a Milei. Al peronismo le sucede con Cristina. Massa pensó que la justicia se encargaría de Cristina y la jubilaría, pero tendrá que administrar políticamente la jubilación de CFK.
–¿Hay lugar para que el próximo presidente tenga su luna de miel?
–Si fuera Massa es probable que no tome ninguna luna de miel, empezaría a tomar decisiones el 20 de noviembre. Me parece que es el más urgido. Porque no puede jugar al argumento de la herencia, que es lo que va a hacer eventualmente Milei. Creo que Massa va a tomar cartas rápido para empezar a construir su nuevo gobierno desactivando la bomba que él armó. Le conviene no demorar algunas decisiones costosas. Pero es un simulador y eso es un mal antecedente, porque puede estar tentado de usar su capital político inicial para ganar tiempo. Y en ese caso, en vez de ganar tiempo quizá lo esté perdiendo.
SOCIÓLOGO Y FILÓSOFO
PERFIL: Marcos Novaro
■ Marcos Novaro nació en Buenos Aires en 1965. Estudió Sociología y Filosofía en la Universidad de Buenos Aires.
■ Actualmente es investigador principal del Conicet, profesor de Teoría Política Contemporánea en la UBA, dirige el Centro de Investigaciones Políticas y el Archivo de Historia Oral de Argentina Contemporánea.
■ Colabora regularmente en distintos medios gráficos y audiovisuales. Ha sido becario Fulbright en la George Washington University y Columbia University (2006) y becario Guggenheim entre 2008 y 2009.
■ Autor de numerosos libros, entre ellos Manual del votante perplejo (2015, Katz ), y Grandes y pequeñas mentiras que nos contaron (Planeta, 2015), en colaboración con Marcelo Birmajer. Sus últimos líbros son Peronismo y democracia (2014, Edhasa) Así lo viví, Héctor Magnetto en diálogo con Marcos Novaro (Planeta, 2016) y El Caso Maldonado (Edhasa, 2017).