Los “artivistas” cubanos, ante una persecución que no cesa
La ONU reconoció una vez más la arbitrariedad de la detención de dos artistas visuales por parte del régimen
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El 28 de octubre de 2022, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria (GTDA) de la ONU, en la opinión número 52 apenas notificada, consideró que la privación de libertad de los artistas visuales Luis Manuel Otero Alcántara y Hamlet Lavastida es arbitraria. La opinión responde a una petición presentada por Cadal (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina) junto a Freemuse y Human Rights Foundation y sostiene que las detenciones de ambos artistas contravienen los artículos 3, 8, 9, 10 y 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
En los hechos presentados ante el GTDA se enumeraron las detenciones de las que fue víctima Luis Manuel Otero Alcántara en 2021. En ese año, el gobierno cubano mantuvo un férreo sistema de vigilancia domiciliaria contra artistas, periodistas y activistas. En el caso de Otero Alcántara, se documentaron decenas de detenciones breves, de detenciones domiciliarias a través de la presencia de agentes policiales, la privación de libertad mediante internación en un hospital psiquiátrico e, inclusive, la instalación de una cámara de seguridad frente a la puerta del artista con el mero fin de seguir sus pasos.
En los meses que van desde la gran manifestación el 27 de noviembre de 2020 a su detención definitiva durante las protestas del 11 de julio de 2021, Otero Alcántara también sufrió el allanamiento de su vivienda y la destrucción de sus obras. Solo en el período del 17 al 25 de abril de 2021, fue detenido cada día al salir de su casa a la misma hora, las cuatro de la tarde. Nunca logró distanciarse más de 100 metros. Hoy, el artista, reconocido en septiembre pasado por el premio de los Países Bajos “Príncipe Claus” por su accionar social, cumple condena de cinco años en cárcel de máxima seguridad por cargos como “desorden público”, “incitación a cometer un crimen” y “ofensa contra los símbolos patrios”.
Hamlet Lavastida, por su parte, fue detenido el 26 de junio de 2021, apenas llegado a La Habana procedente de Berlín, tras un año de formación gracias a una beca de la Fundación alemana KfW. La acusación se basaba en una propuesta hecha por el artista desde Berlín en un grupo de Telegram. La idea era realizar una protesta pacífica singular: dibujar billetes y ponerlos en circulación. Aunque el proyecto no prosperó, las autoridades lo detuvieron bajo prisión preventiva en el centro Villa Marista, por el cargo de “incitación a cometer un crimen”.
Una vez en libertad, el artista le relató a Cadal los malos tratos, la falta de alimentación, y de medicina a la que fue sometido. También narró su experiencia con los procedimientos del régimen carcelario para “quebrar” a los presos: días en aislamiento sin contacto con humanos ni con la luz solar, o el uso de “cubículos” con espacio suficiente para apenas sostenerse en pie en los que los presos son abandonados por días como castigo. Como se asienta en la petición, la liberación de Lavastida fue posible a costa de un alto precio: su destierro y el de su pareja, la poeta Katherine Bisquet. Hoy ambos viven exiliados en Europa, impedidos de regresar a Cuba.
El Grupo de Trabajo es claro en sus definiciones: “Las autoridades privaron de su libertad a los artistas por sus acciones de ‘artivismo’, por el ejercicio de los derechos a la libertad de pensamiento, de conciencia, de opinión, de expresión, de asociación y participación, reconocidos y garantizados en los artículos 18 a 21 de la Declaración Universal”. Es decir, en Cuba pensar libremente, opinar, organizarse y participar de la vida cultural y política es ilegal. El ejercicio de estos derechos básicos que los ciudadanos de las democracias gozan sin discusión alguna, en Cuba implican el peligro de la privación de la libertad por años o el destierro definitivo.
No es la primera vez que el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria condena a Cuba, ni son los únicos en el ámbito de las Naciones Unidas en señalar el carácter autoritario del régimen cubano y su constante violación de los derechos humanos.
Coordinadora del proyecto de Cadal “Defensa de la Libertad de Expresión Artística”