Lecturas: Siri Hustvedt, una feminista en cuerpo y mente
La novelista estadounidense es también una ensayista variada y punzante, como demuestran dos colecciones de ensayos sobre ciencia y vínculos familiares
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A esta altura de su carrera, la estadounidense Siri Hustvedt (Minnesota, 1955) se ha convertido, además de en novelista consagrada, en una de las ensayistas contemporáneas más perspicaces y completas. Con la capacidad de moverse entre la crítica de arte y la divulgación científica, el psicoanálisis, las memorias, los juegos literarios, la crónica o el análisis filosófico. Pero no como alarde de erudición ni sofisticación ornamental, sino respondiendo a las exigencias de sus búsquedas. Tomando de cada disciplina y género su aporte clarificador, de modo que los lectores a veces ni se enteran de hasta qué punto están atravesando fronteras.
La suerte quiso que se tradujeran recientemente dos obras separadas por cinco años. Los espejismos de la certeza. Reflexiones sobre la relación entre el cuerpo y la mente salió en inglés en 2016 y constituye una incursión resuelta en algunos de los problemas más persistentes del pensamiento. Madres, padres y demás. Apuntes sobre mi familia real y literaria es una recopilación de trabajos de 2016 a 2020, publicada en inglés en 2021. Decir que la segunda es más personal que la primera sería desconocer que para Hustvedt hay una continuidad entre ideas y experiencias, con lo privado iluminando lo social y viceversa.
"Hustvedt escribe desde una perspectiva feminista sin privarse de argumentos filosóficos"
Dos escenas de juventud funcionan como momento inicial. En Madres, padres y demás, Hustvedt cuenta cómo, siendo estudiante de Literatura en la Universidad de Columbia, se aventuró un día en el departamento de Filosofía. La recibieron barbudos con pipas (años setenta en Nueva York), quienes fríamente le dejaron notar que no era bienvenida. Pero tampoco tuvo suerte con la profesora feminista que le preguntó qué hacía estudiando un posgrado y la comparó con Grace Kelly. (Sí, es bellísima, pero ella dice que no se parece a la princesa).
Los rechazos pueden ser más incitantes que las invitaciones. Hoy Hustvedt escribe desde una perspectiva feminista sin privarse de argumentos filosóficos. Como cuando en Los espejismos de la certeza se detiene a comentar la posición de Aristóteles sobre la relación entre los sexos, estableciendo un paralelo entre la materia, la parte femenina que aporta el cuerpo; y la forma, la parte masculina que aporta el alma. Como comenta Hustvedt, una división “obstinada”, “cuyas asociaciones han resonado a lo largo del tiempo y se han negado a morir”. Lo conocido: hombres racionales, buenos para la matemática y las disquisiciones del pensamiento; mujeres irracionales, sujetas a vaivenes emocionales, dadas a la magia, pasionales, locas, brujas.
Pero la escritora norteamericana no reacciona al dualismo de manera simplona. Su feminismo no niega el cuerpo ni la mente, sino que revuela permanentemente entre ambos. “Entre”: es la palabra que caracteriza su posición como ninguna otra.
Un argumento científico que suma a sus indagaciones sobre la misoginia es su presentación de la placenta como el órgano negado. Al énfasis sobre los poderes del ADN, masculinamente ordenador, Hustvedt opone la imprescindible presencia de la placenta, que regula el intercambio entre la madre y el feto. “¿Cómo puede desaparecer un órgano humano a plena vista?”, se pregunta evocando el nacimiento de su hija, cuando ni siquiera le mostraron su placenta. Y propone: “Piénsese en todos los diagramas e imágenes del feto sin cordón umbilical, ni placenta ni útero, como si la madre no estuviera involucrada.” Las implicancias resuenan nuevamente en el renovado debate de estas semanas por el aborto no punible en Estados Unidos.
Lo personal vuelve de manera explícita en los textos sobre su madre y la discusión sobre la feminidad bastante clásica de esta, aunque de joven, en Noruega, su país natal, estuvo presa por manifestarse contra el nazismo. También cuenta de su abuela paterna, la dura inmigrante atada a las tareas del campo en una granja modesta, y que era poco querida por su padre.
Cada tanto, se ven destellos de la relación con su esposo, el escritor Paul Auster, con quien convive hace cuatro décadas. Es sabido que su relación es perfecta, casi irreal: su hija Sophie ha confesado sentirse intimidada ante ese vínculo tan profundo. (Daniel Auster, fallecido trágicamente hace unos meses era, a diferencia de Sophie, hijo de un matrimonio anterior de Auster con la escritora Lydia Davis). Hablando de la posibilidad de leer la mente, Hustvedt comparte una anécdota recurrente. Aunque confiesa que no puede adivinar qué está pensando Auster, sí ha observado repetidamente que ambos responden de la misma manera a ciertos relatos de amigos: un “curioso reflejo mental”. Así lo resume: “El vínculo entre la historia escuchada y nuestra respuesta doble y espontánea casi nunca es obvio, y nos resulta inexplicable por qué nuestras dos cabezas parecen haber invocado justo lo mismo en el mismo instante”.
En Madres, padres y demás hay también piezas exquisitamente literarias, como las variaciones sobre la historia de Simbad, que Hustvedt recrea como artículo académico, en verso, como novela íntima, thriller negro, historia rosa, guion de cine, y hasta como diálogo entre marido y mujer. No es meramente un juego con los géneros sino un tratado sobre perspectiva: el estilo como punto de vista.
Arte del mejor, entonces. Y también, la mejor ciencia: de Los espejismos de la certeza ha dicho Oliver Sacks, el gran escritor sobre los misterios del cerebro, que “Hustvedt consigue que la relación entre mente y cuerpo nos asombre aún más”. Y Antonio Damasio, el reconocido neurocientífico autor de El error de Descartes, lo ha destacado como “un libro memorable, que demuestra no solo la posibilidad sino también las ventajas de combinar los enfoques de las artes, las humanidades y las ciencias para iluminar un aspecto clave de la condición humana: la relación mente-cuerpo”.
Vale apuntar la calidad de las traducciones, casi un homenaje frente a la exigencia que supone el abanico de saberes de la autora.
El desafío, entonces, es leer a Hustvedt con la misma intensidad creativa con que ella lee a las hermanas Brontë o analiza un cuadro de Louise Bourgeois; o con la misma sutileza con que contrapone El hombre mecánico de Hans Moravec al Manifiesto ciborg de Donna Haraway. Ni dejarse llevar ni arrastrarla hacia nuestras obsesiones: acompañarla en sus extraordinarios recorridos.
Madres, padres y demás
Por Siri Hustvedt
Seix Barral. Trad.: Aurora Echevarría
410 páginas, $ 3220
Los espejismos de la certeza
Por Siri Hustvedt
Seix Barral. Trad.: Aurora Echevarría
396 páginas, $ 3020