Lecturas: La literatura del este europeo, tras la caída del Muro y de la guerra
El último libro del portugués Gonçalo Tavares narra historias situadas en Rumania y Hungría; un histórico relato de la croata Dubravka Ugresic, por su parte, recuerda los rescoldos de la tragedia en los Balcanes
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En tren de ser culposamente agradecidos, podría argumentarse que la Guerra Fría supo dar mucho más de lo que prometía: abasteció nuestros sueños y pesadillas durante décadas, y en cierta medida, casi un cuarto de siglo después de la caída del Muro de Berlín, lo sigue haciendo. Las referencias a ese período de la historia en el campo de la cultura son incontables, desde James Bond y las novelas de espías de John Le Carré hasta los discos de Lou Reed y los de David Bowie de la segunda mitad de la década de 1970. Incluso puede sumarse la obra –Achtung Baby, de 1991– que U2 compuso sobre las brasas de la debacle soviética.
Con mayor racionalidad y perspectiva, también debe recuperarse la conciencia de hasta qué punto la Guerra Fría corporizó o nucleó innumerables tragedias, hasta qué amarga espesura arrastró el drama de lo cotidiano.
La construcción de aquel tristemente célebre muro, sin embargo, edificó a la par un misterio, uno que ni siquiera las redes ni la omnipresencia de YouTube han terminado de revelar o vulgarizar: Europa del Este, al menos desde la mirada etno o sociocéntrica y nada ingenua de Occidente, se convirtió en ese más allá, un campo a explorar que cuanto más mostraba, más parecía esconder. Ese misterio ha contribuido a la circulación hasta nuestros días de escritores como el checo Milan Kundera, recientemente fallecido, el ruso Joseph Brodsky, o más cerca en el tiempo, el rumano-húngaro Gyorgy Dragoman, el rumano Mircea Cărtărescu o la moldava Tatiana Ţîbuleac.
Dos libros recientes realimentan esa fascinación, uno desde la pérdida y otro desde la pequeña fábula humana: El Museo de la Rendición Incondicional, de la croata Dubravka Ugrešić (Kutina, 1949-Ámsterdam, 2023), y Bucarest-Budapest: Budapest-Bucarest, del portugués Gonçalo M. Tavares (nacido en Luanda, Angola, en 1970).
El Museo de la Rendición Incondicional fue publicado originalmente en 1997 –se tradujo un año más tarde– y transformó a Ugrešić, que murió hace unos meses, en vocero de la desintegración de todo un país. La guerra de Yugoslavia –en rigor las guerras, dado que se trató de una serie de conflictos eslabonados– fue el coletazo más salvaje del desmembramiento de la URSS, haciendo de quienes hasta entonces habían sido hermanos, enemigos de sangre.
Ugrešić, exiliada entonces en Berlín, elige no contar el fratricidio –quizá porque todo se halla demasiado fresco todavía en su memoria y en su ánimo– sino que recompone, a partir de la idea del collage, las piezas dispersas de la existencia de su narradora-protagonista, álter ego apenas disimulado. Una de las pocas excepciones es la referencia al breve y conocido episodio del general serbobosnio Ratko Mladic, el genocida que durante meses asedió a Sarajevo pero que, antes de volar por los aires la casa de un conocido, tuvo la delicadeza de llamarlo y concederle cinco minutos para que juntara sus álbumes de fotos.
Las fotos son, precisamente, uno de los hilos conductores de una “novela” que en cierto sentido no tiene norte, y cuyo presente aparenta situarse en un tiempo muerto, un tiempo que puede leerse como de espera o transición.
Esa falta de jerarquías y de perspectiva caracteriza, a su vez, los álbumes de fotos de la madre de la protagonista, sucedáneos del pequeño bolso que había atesorado desde su lejana juventud en Bulgaria –en una ciudad llamada Varna que entonces ostentaba el nombre de “Stalin”– cuando aquel ya no pudo dar lugar siquiera a un alfiler. “En qué pensar sino en el pasado”, escribe la madre en su diario, pero clasificar ese pasado, ordenarlo y devolverle una lógica, acaso resulte demasiado doloroso. A propósito de otra época y otra nostalgia, lo es sin duda para la narradora, que acumula montones de imágenes en un cajón que ni siquiera abre y al que le llegará su momento, dice, “algún día”.
Europa del Este fue también una de las pasiones de Juan Forn. Uno de sus más bellos artículos reunidos en libro está dedicado a dos escritores bosnios que huyeron con lo puesto, terminaron apropiándose de idiomas que apenas conocían y escribieron poderosas obras en esas otras lenguas (inglés y francés), contando lo que nadie más podía contar. Son Aleksandar Hemon y Velibor Colic, respectivamente. El texto también evoca al singular Danilo Kis. “Algo más que un país” se llama el artículo. El título alude a una idea –un sueño roto–, que como las mejores de su especie posee un ancla poética, imposible de reducir.
Desde un vínculo similar –la fascinación y la distancia– se puede abordar el último libro traducido del portugués Tavares. Bucarest-Budapest: Budapest-Bucarest forma parte de un proyecto más amplio sobre las ciudades, “que siempre se me han antojado –dice el autor– no una geografía ni una arquitectura, sino un conjunto de movimientos humanos dotados de una tensión particular”.
En este libro la tensión se materializa en tres breves historias, tres modos del absurdo o la fantasía: en la primera, dos hermanos intentan cumplir con el encargo de robar en Bucarest y llevar hasta Budapest una gigantesca estatua de Lenin, mientras que un hombre hace el camino inverso con su madre muerta buscando darle sepultura en su tierra; la segunda sigue a un particular vampiro de Belgrado, amante de la belleza y de sus reproducciones; por último, una mujer recorre Berlín y sus museos como un fantasma, sin brújula pero con las peores intenciones.
En Berlín –receptora de muchos exiliados de los Balcanes– se halla asimismo la protagonista de Ugrešić, un presente desde el que rastrea sus gustos, en el que filtra sus recuerdos, en el que la ciudad espeja su angustia, a pesar de ser también su mayor refugio. La ciudad donde todo empezó. Y donde nada, por cierto, parece encontrar un verdadero fin.
El Museo de la Rendición Incondicional
Por Dubravka Ugrešić
Impedimenta. Trad.: M.A. Alonso y D. Bajić
464 páginas, $ 9000
Bucarest-Budapest: Budapest-Bucarest
Por Gonçalo M. Tavares
Nórdica. Trad.: R. Da Costa
156 páginas, $ 6300