Lecturas: Cristina Peri Rossi, autobiografía y deseo de una escritora premiada
La autora uruguaya obtuvo el último Premio Cervantes, pero sus libros son difíciles de conseguir; una memoria de su infancia y su poesía completa reponen esa ausencia
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La indómita, la exiliada, la amante voraz, la que revuelve la tierra del jardín y se sienta junto al bichicome para tratar de entender lo otro. También la precoz, la inocente, la amante de las palabras y las mujeres, que busca un sentido oculto tras las formas comunes de una sociedad atenta al deber ser. Todas esas facetas son parte de Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941), la autora uruguaya que funda su mito de origen en La insumisa, una autobiografía narrada por medio de una mirada infantil –la de ella misma– que hurga en las frases hasta extraer el cuerpo de un lenguaje vivo y revelador.
Resulta inverosímil que la escritora, afincada desde hace medio siglo en España, todavía sea un secreto de entendidos. Escribe novelas, cuentos, ensayos, poesía, fue traducida a más de veinte idiomas y obtuvo reconocimiento y prestigio a lo largo de su trayectoria con múltiples galardones, que incluyen –como más reciente y consagratorio– el Premio Cervantes 2021. Fue la sexta mujer en recibir el “Nobel español”, el mismo que obtuvo en 2018 otra uruguaya, la legendaria poeta Ida Vitale. En efecto: de las 46 ediciones del máximo reconocimiento en nuestra lengua, otorgado por el Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España, únicamente seis han sido asignados a mujeres. Las cuatro restantes, además de las dos uruguayas, son las españolas María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010), la cubana Dulce María Loynaz (1992) y la mexicana Elena Poniatowska (2013). Más allá de esa asimetría alevosa, si algo tienen en común las escritoras premiadas es que sus voces revitalizan el idioma por medio de una escritura que potencia la fuerza del lenguaje para revelar el lado en sombras de la experiencia.
Así y todo, recién en el último tiempo puede volver a encontrarse parte de la obra de Peri Rossi en las librerías argentinas. Es posible que ese vacío se deba al exilio y la prohibición que pesó sobre ella durante mucho tiempo. Basta leer a la escritora uruguaya para que sus palabras aniden debajo de la piel. No exagera la también Cervantes Poniatowska cuando dice que leer a Peri Rossi le dan ganas de hacer el amor. La autora busca en los dobleces del lenguaje, expone sus sentidos supuestos y crea así imágenes precisas para convocar el latido de un mundo erótico y político, hecho de cuerpos dispuestos a atravesar cualquier distancia para dar con algún tipo de verdad, como ocurre en “La ciudad de Luzbel”, con su Montevideo mítica y dantesca, o en La nave de los locos, su novela más conocida.
Resulta revelador encontrarse con la escritora a través de las escenas de infancia y adolescencia narradas en La insumisa. Con ternura y audacia, en este libro autobiográfico Peri Rossi deja a la vista los hilos que serán los que hilarán con los años su literatura y su identidad. Esos que ya tensaba en la infancia, y permiten entender el porqué de su precocidad y su valentía. En 1972, los ecos de la vida la llevaron a Europa en el barco Cristoforo Colombo, cuando la dictadura militar uruguaya la llevó a exiliarse en Barcelona, rehaciendo, pero en sentido inverso, el movimiento que sus abuelos habían realizado de Génova a Montevideo. Tras ello sus libros fueron prohibidos, pero ella siguió dando batalla desde España y denunció lo que sucedía en su tierra natal. También el régimen franquista la obligó a huir a París, donde vivió unos años junto a Julio Cortázar en una amistad llena de complicidades (la narra en Julio Cortázar y Cris).
Se sabe, porque ella se encarga de decirlo en sus poemas y en sus entrevistas, que su paisaje es el mar; las mujeres, su amor y las musas que alimentan su lenguaje. “Cuando nos separamos para siempre y yo, en un banco de la calle Balnes, comprendí que el exilio no era solo cambiar de espacio, el exilio era separarse de la persona amada, dejar de hablar la misma lengua (los enamorados y las enamoradas tienen su propia lengua, cambiar de diccionario y dejar un amor es perder un dialecto)”, escribe en los primeros capítulos de la autobiografía, y de alguna manera, despliega así las coordenadas de su patria personal: el amor entre mujeres, el exilio, el lenguaje.
Por esa razón La insumisa es una puerta abierta de par en par para ingresar al resto de su obra. Cada uno de los capítulos se centra en un tema: el amor a la madre, la migración, el deseo, la rebelión contra la violencia patriarcal, contra las reglas de una sociedad que busca mantener las formas de un orden ficticio. Y lo hace, narrando las peripecias de una chica tan inteligente como audaz. La materia de las escenas ahondan en lo cotidiano, y al mismo tiempo, muestran una destreza singular a la hora de contar. En la anécdota inicial, por ejemplo, la nena Cristina juega en el campo de sus tíos, trepa a los árboles, inventa juegos, y de golpe, en ese lugar, aparecen las víctimas de la dictadura uruguaya, en un juego narrativo que deja entrever que la vida está hecha de ese tiempo impuro, en el que la infancia puede chocar con el futuro inesperado, mientras en el campo duermen los vagones abandonados del tren.
Algo similar ocurre en su poesía, donde se despliegan obsesiones similares. En la forma del verso, Peri Rossi encuentra un pasaje secreto al otro lado, un pasaje que une lenguaje y experiencia en un paraíso diverso. “La mojo con un verso,/ y ella, húmeda de mí/rencorosa, me da la espalda./Le digo que prefiero las palabras/entonces se burla de ellas con gestos obscenos”, comienza un poema sin título incluido en Detente, instante, eres tan bello, que reúne su producción poética. A lo largo de estas piezas, el enigma del amor se disuelve en la piel mojada de las amantes que descubren que su lenguaje es un hogar, y enseguida, tienen que exiliarse. “Creo que por amarte/intercambiaremos sílabas y palabras/como los fetiches de una religión/como las claves de un código secreto/y, feliz, por primera vez en la ciudad extraña/en la ciudad otra, me dejaré guiar por sus pasajes/por sus entrañas/por sus arcos y volutas/como la viajera por la selva/en el medio del camino de nuestra vida./Las ciudades solo se conocen por amor/ y las lenguas son todas amadas”. La literatura de Peri Rossi encarna un riesgo feliz, el de una escritura que entona el lado silencioso de las palabras y resuena en las profundidades del deseo.
La insumisa
Por Cristina Peri Rossi
Menoscuarto
238 páginas, $ 2190
Detente, instante, eres tan bello
Por Cristina Peri Rossi
Caballo Negro
302 págs./$ 2690