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Las López, pioneras del feminismo en la Argentina
Un libro narra la vida de las hermanas que bregaron por la igualdad de género en el 1900
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Se suele dividir en cuatro olas las luchas de las mujeres por el reconocimiento de sus derechos. La primera ola se remonta al siglo XIX y se la asocia a la Declaración de Séneca Falls (1848) sobre los derechos de la mujer. La segunda ola, que por lo general se ubica entre 1950 y 1980, cuestiona los roles tradicionales, en especial de las mujeres y la familia. La tercera ola se desarrolla durante los años 90, y se centra en la incidencia de la globalización y en las tensiones de etnia y clase. Por último, aún se discute fuertemente la pertinencia de una cuarta ola, que estaría caracterizada por el activismo presencial y online, por un lado, y la ruptura definitiva con el binarismo sexo/género, con la irrupción del movimiento LGBTQ+ basado en la teoría queer, por otro. El auge de la influencia del pensamiento decolonial, los feminismos comunitarios y la lucha por cuestiones tales como la violencia de género y el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo se suman a esta etapa, aunque sus orígenes claramente se rastrean en la etapa anterior.
La mención de las distintas olas es esencial para comprender que, más allá de ciertas referencias caricaturescas a las que se reduce el feminismo y la teoría de género –nacidos del acento ideológico de la cuarta ola–, siempre es positivo volver a los orígenes de la problemática e intentar examinarlos. De allí que uno de los méritos del libro Las López. Luces y sombras feministas del 1900 (Edhasa), de María Luisa Femenías y María Cristina Spadaro, sea volver la mirada hacia las primeras doctoradas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, en 1901, cuando dos de ellas cambiarían para siempre la historia del movimiento feminista argentino, junto con un conjunto notable de mujeres. Fieles al movimiento ilustrado, su objetivo fue alcanzar la plena igualdad de derechos entre todos los ciudadanos e ingresar en la vida pública no porque fueran mujeres sino, lisa y llanamente, porque eran ciudadanas.
Tanto Femenías como Spadaro se consagraron a los estudios de género, prosiguiendo esta línea diferente al de su corriente hegemónica actual. Sin descuidarla ni desconocerla, impulsaron el reconocimiento y la indagación de la ciudadanía política y social de las mujeres en el incipiente siglo XX, su historia y sus logros muchas veces olvidados. Así, tomaron partido por una concepción lúcida de los orígenes del feminismo en nuestro país y de la importancia de la lucha genuinamente feminista de ese grupo de mujeres del que las hermanas López formaron parte, en un mundo donde las mujeres no solo no tenían acceso al sufragio, sino que el Código Vélez Sarsfield consideraba legalmente “incapaces”.
Las autoras –ellas mismas egresadas de la misma facultad– emprendieron la búsqueda de nuevas fuentes documentales o releyeron las fuentes tradicionales; asimismo, realizaron entrevistas a descendientes de las protagonistas del libro, llevando adelante una indagación, por momentos detectivesca, que iluminó las figuras señeras de estas dos pioneras del feminismo argentino. Vinculadas al Partido Socialista fundado por Juan B. Justo en 1896, Elvira y Ernestina López –hijas del pintor Cándido López y Adriana Wilson– entendieron el socialismo como una preocupación por las cuestiones sociales que marcaban su época.
Animadas por ese espíritu emancipador y solidario se desempeñaron en educación, co-fundaron el Museo Social Argentino, e introdujeron los métodos de la escuela activa, presentados en el Congreso Pedagógico Internacional que tuvo lugar en Buenos Aires en 1900. Entre otras muchas otras acciones, junto a Cecilia Grierson y Sara Justo, fundaron la Asociación de Universitarias Argentinas en 1904 e integraron el Consejo Interamericano de Mujeres. Además, contribuyeron con notas y artículos críticos en numerosas revistas de la época y formaron parte de la red internacional de mujeres por la paz.
Este amplio abanico de inquietudes dio lugar a que, más que una mera introducción a sus vidas y a su activismo social, el libro de Femenías y Spadaro sea un fresco costumbrista de una época sobre la que se asentó la Argentina que conocemos hoy, con sus luces y sus sombras, sus avances y sus retrocesos. Pero sobre todo, en base a ideales que merecen rescatarse e incorporarse al vertiginoso mundo de hoy.