Femicidios, entre las falencias estatales y el reclamo social
Gracias a un activismo feminista cuya movilización visibiliza el fenómeno, la Argentina no encabeza las listas de mujeres asesinadas en la región, pero tiene índices preocupantes; en Europa las cifras también alarman
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En nuestro país, cada 23 horas una mujer es asesinada. En 7 de cada 10 casos, por su pareja o expareja. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al femicidio como “el asesinato intencional de una mujer por ser mujer y la expresión más extrema de la violencia contra las mujeres”. Ada Rico, al frente de La Casa del Encuentro, primera ONG argentina que registró esas muertes, explica: “Años atrás, cuando una mujer era asesinada por su pareja o su ex las notas periodísticas hablaban de ‘crímenes pasionales’, para sugerir que había sido asesinada ‘por amor’. No existía la palabra femicidio ni había estadísticas. En 2008 empezamos con nuestro observatorio”. El femicidio ocurre en todo el mundo. El último documento de Naciones Unidas (ONU) indica que en 2017 fueron asesinadas 87.000 mujeres: como si en un año se hubieran caído –sin sobrevivientes– 174 aviones de 500 pasajeros, casi uno día por medio.
El desafío de las cifras
El Observatorio de Igualdad de Género para América Latina y el Caribe de la Comisión Económica de América Latina (Cepal) informa que en 2019 hubo 4.640 femicidios en 24 países de la región. Para el segundo semestre de este año habrá datos sobre 2020. Con la pandemia y el encierro, anticipan, aumentó la violencia hacia niñas y mujeres en todo el mundo. “Las adolescentes y las jóvenes son las más expuestas al femicidio –dice Alejandra Valdés, de la División Asuntos de Género de Cepal–. Se vincula con las formas de violencia en la niñez asociadas a una cultura patriarcal, disciplinamiento hacia las niñas, conductas controladoras, inicio sexual forzado, matrimonios infantiles o uniones tempranas y violencia en el noviazgo”. En 2019, Brasil encabezó la lista de femicidios con 1941 asesinadas, seguido de México (983), Honduras (299) y la Argentina (252). Pero en tasas de muertes cada 100.000 mujeres está primero Honduras (6,2/100.000), seguido de El Salvador (3,3), Trinidad Tobago (2,9), República Dominicana (2,7), Bolivia (2,1), Guatemala y Brasil (1,8), México (1,5), Uruguay (1,4), y Paraguay y Argentina (1,1). Después vienen Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Costa Rica, donde las tasas oscilan entre 0,9 y 0,6/100.000.
“Las cifras precisas siguen siendo un desafío”, advierte Luz Patricia Mejías, abogada venezolana y secretaria técnica del mecanismo de seguimiento de la Convención de Belém do Pará (Mesecvi), que se firmó en 1994 entre los países de América Latina y el Caribe para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. Mejías añade que en algunos países de América Latina el femicidio no ocurre sólo en las relaciones íntimas o de pareja. “En el triángulo norte –afirma–, formado por Honduras, Guatemala y El Salvador, existe una apropiación del territorio por parte del crimen organizado, como las maras, que incluyen el tráfico de personas y el narcotráfico e impacta sobre las mujeres. También ocurre en ciertas zonas del interior mexicano”.
Contabilizar los femicidios no parece una tarea sencilla. En la Argentina existe un Registro Nacional de Femicidios de la Justicia. Pero ese Registro, si bien el oficial, no es el único. Hay varios de distintas ONG que se nutren de los casos publicados en los medios de comunicación. “A nivel oficial, los femicidios registrados son menos: su fuente son los expedientes, y todo depende de la carátula que ponga un juez”, explica Ada Rico, y añade que la ONG que dirige acaba de publicar un libro de descarga gratuita sobre el tema. (https://porellaslibro.com/).
“El problema es grave en toda la región y en Centroamérica mucho más porque allí no tienen la potencia de visibilización que tenemos las mujeres aquí, donde también es gravísimo”, dice Mariana Carbajal, periodista especializada en género, autora, entre otras, de Maltratadas, Violencia de género en las relaciones de pareja (Aguilar, 2014) y Yo te creo hermana (Aguilar, 2019).
Claudia Acuña, periodista, fundadora de la Cooperativa MU La Vaca, que lleva adelante el Observatorio Lucía Pérez de Violencia Patriarcal, indica que la tasa de femicidios en nuestro país va en aumento: actualmente es de 1,3 por 100.000. El Observatorio tiene un mapa provincia por provincia http://observatorioluciaperez.org/#mapa) donde se puede ver, por ejemplo, que en Santiago del Estero hay 11 femicidios cada 100.000 mujeres (casi el doble que en Honduras, el peor país de América Latina). Salta sigue con 10/100.000 y luego vienen Catamarca y Jujuy (9/100.000).
“La diferencia con otros países –dice Acuña– es que aquí las mujeres están más organizadas que lo que vi en Guatemala, Colombia o México. Y aquí también está menos dividido, aunque se nota mucho, el centro de las periferias. En México es claro: mientras no pase en el DF pueden matar 20 por día.”
“El activismo feminista tiene una larga trayectoria en la Argentina –agrega Mariana Carbajal–. Más de 30 años de encuentros nacionales de mujeres, la marea verde y #NiUnaMenos hicieron que se desnaturalice la violencia machista y sea intolerable. Por eso la reacción, el reclamo en las calles, señalar los comentarios machistas en los medios de comunicación. Estas consignas fueron permeando a la sociedad, es un problema que hoy se habla en las familias”.
Susana Chiarotti, abogada, representante argentina frente al Mesecvi, organismo que vigila la aplicación de la Convención de Belém do Pará, afirma que “en nuestro país es llamativo el bajo índice de justiciabilidad de los femicidios. Según datos de 2018, sobre 278 femicidios, en la Argentina el porcentaje de justiciabilidad fue de 2,52%. En Chile, sobre 181 casos hubo 89 sentencias: el porcentaje fue del 49%. Son muchísimos los femicidios en América Latina y la Argentina es uno de los países que está tomando más medidas de prevención; si no, serían muchísimos más. Aunque si por año se judicializan 300 casos pero hay 7 condenas el mensaje a la población es de impunidad”.
Otro factor negativo es la falta de integración entre los organismos que reciben denuncias: hospitales, centros de asistencia, fiscalías, comisarías. Una mujer puede haber denunciado muchas veces, pero no existe un historial de su situación: en la mayoría de los femicidios hay denuncias previas.
“Son muchos los factores que han contribuido al empoderamiento de las mujeres. Pero las respuestas del Estado son insuficientes. Y las mujeres están cansadas de escuchar que un funcionario minimizó las denuncias o que se violó la restricción perimetral o que se usó el botón de pánico pero las fuerzas de seguridad no llegaron. Incluso son numerosos los casos en que el victimario es parte de las fuerzas de seguridad o hay encubrimiento de un femicidio por parte de dichas fuerzas”, reflexiona Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
La deuda europea
“En España se miden los femicidios desde 2003, pero únicamente los íntimos, de pareja o expareja, y en 2020 hubo 45”, comenta Pilar Álvarez, corresponsal de género del diario El País. Álvarez afirma que la concientización del problema en España comenzó en 1997, con el caso de Ana Orantes. “Ana Orantes salió en la televisión contando que su marido le pegaba y la maltrataba, y a los 3 días el tipo la quemó viva en la puerta de la casa”, recuerda.
Mónica Costa Riba, responsable de campañas de Amnistía Internacional sobre la defensa de los derechos de la mujer en Europa, explica que allí no existe el delito de femicidio como tal y no hay información con esta categorización. El European Gender Institute for Gender Equality (EIGE) publica algunos datos a los que falta sistematización porque pese a que 13 países del Consejo de Europa firmaron el Convenio de Estambul contra la violencia sexista (2011) no hay criterios comunes en la legislación ni unidad metodológica en la colecta de datos. Los últimos disponibles son de 2017: en los 16 países que registraron información, hubo 854 víctimas de homicidio a manos de un miembro de la familia, pareja o expareja. Francia encabeza la lista de femicidios registrados: 65 mujeres asesinadas por miembros de su familia; 108 por sus parejas.
Gloria Poyatos, directora regional de Europa, Oriente Medio y Norte de África de la International Association of Women Judges, dice: “Hay gobiernos de Europa que no llevan registro alguno sobre femicidios. Existen miles de estudios sobre las brechas de género laboral, la conciliación de liderazgo y muchos otros temas. Pero sobre violencia de género no tengo constancia. No interesa. Es una lástima. El machismo es global.”