Con la presencialidad, la industria editorial local recuperó el optimismo
Gracias a la labor de las librerías independientes, las ferias del libro en la ciudad de Buenos Aires y otras localidades y las compras estatales, el balance de 2021 arroja un saldo positivo para el sector
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Después de un 2020 calamitoso para la industria editorial local, con caídas récord en la producción y venta de ejemplares, la recuperación llegó acompañada de la presencialidad. Sin librerías cerradas por restricciones sanitarias, con ferias del libro al aire libre en la ciudad de Buenos Aires y en otras localidades del país y programas estatales de compra de ejemplares para bibliotecas populares y escuelas, se reactivó una de las industrias culturales más importantes. “Ha mejorado mucho respecto del año pasado, acercándose a valores de 2019 -dice el presidente de la Cámara Argentina del Libro (CAL), Martín Gremmelspacher-. Se ve mucho movimiento en las librerías y la presencialidad empezó a revertir el gran crecimiento que habíamos tenido en 2020 de las ventas electrónicas; se está pasando mucho más a la venta tradicional”. Sobre las expectativas del sector para 2022, Gremmelspacher señala que, con la realización de la 46ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (postergada dos años seguido) y el aumento de ventas en librerías, se augura un buen año. “Este fue un año de transición, en el que salimos de una malaria muy grande”.
El presidente de la Fundación El Libro (FEL), Ariel Granica, coincide con su par de la CAL en que en 2021 se empezó a dejar atrás la crisis. “No se puede hablar de 2021 en el mundo del libro sin remontarnos a 2019, que fue un año especialmente difícil para el sector editorial -dice-. La macroeconomía volaba por los aires, las ventas andaban por los subsuelos. Con la pandemia entre nosotros, 2020 fue un año que no vamos a olvidar, un año en el que la producción y venta de libros tocaron su piso histórico”. No obstante, admite que 2021 “arrancó bajo para toda la cadena de valor del libro, mostrando recién un leve repunte en ventas en el último trimestre”. Desde la FEL, se organizaron en sociedad con municipios y el gobierno porteño ferias del libro presenciales como las de Malvinas Argentinas, Merlo y las tres ediciones de la Feria de Editoriales y Librerías de la ciudad de Buenos Aires “para apoyar en especial a los libreros de la zona”.
En la FEL se trabaja en el gran objetivo de 2022: el regreso de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires “para que sea una verdadera fiesta de los libros, un gran acontecimiento cultural y un homenaje a los que ya no están”, dice Granica. El flamante director general de la institución que organiza el evento cultural en La Rural, Ezequiel Martínez, refiere que la pandemia “nos ha dejado durante los últimos dos años huérfanos de presencialidad: teatros, cines, librerías, recitales y conciertos, todas las manifestaciones de la cultura se tuvieron que reconvertir en versiones virtuales, siempre insuficientes; pero de todas esas ausencias, la que quizás se ha percibido de manera más notoria y contundente fue la de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires”. Se espera que el fuerte impacto que la coyuntura del Covid-19 tuvo en el sector sea “exorcizado” a partir del 28 de abril de 2022. “Estamos trabajando para que la postergada edición 46° sea una celebración por el reencuentro, donde las ganas amontonadas se transformen en una confirmación de la fortaleza del libro y los lectores”.
Juan Ignacio Boido, director editorial de Penguin Random House en la Argentina, cree que desde el principio de la pandemia los libros fueron un lugar donde refugiarse. “Con el confinamiento más estricto, con shoppings y locales cerrados, se aceleró mucho el desarrollo de lo digital en el mundo del libro: creció la compra online, fueron apareciendo nuevas librerías exclusivamente digitales y las redes sociales se convirtieron en el puente principal entre lectores y autores -destaca-. Todo indica que estos cambios van a seguir acentuándose”. Otro fenómeno que destaca es el crecimiento y afianzamiento de las librerías independientes “como lugares de recomendación y de pertenencia para los lectores en los barrios, a veces incluso recomendando libros por teléfono y haciendo entregas en bicicleta”. Y agrega que se sumaron nuevas generaciones de lectores. “Ya desde 2020, los chicos jóvenes se acercaron mucho más a los libros y eso se ve en las ventas de los títulos juveniles, así como en las búsquedas online y eventos virtuales, que tuvieron mil formatos y convocatorias increíbles -dice-. Por otro lado, en el mundo se intensificó el crecimiento del audiolibro, que en la Argentina está dando sus primeros pasos, y Penguin está invirtiendo en el desarrollo de su catálogo en ese formato”.
Para el director editorial del Grupo Planeta para Cono Sur, Ignacio Iraola, este fue un año mucho mejor que el anterior, “que tampoco fue tan malo para Planeta”, agrega. “En parte, gracias a la colaboración de las librerías independientes que, ante la baja de novedades, trabajaron con el fondo editorial que en nuestro caso tiene colecciones de Pedro Lemebel, Juan José Saer y Abelardo Castillo -dice-. También nos tocó publicar el libro más vendido del año según los informes de las dos grandes cadenas de librerías [Yenny y Cúspide], Primer tiempo, del expresidente Mauricio Macri, y otros best sellers como el ensayo de más de mil páginas de Jorge Fernández Díaz, Una historia argentina en tiempo real, y la nueva novela de Alejandro Dolina, Notas al pie”. Sin embargo, Iraola señala que la cantidad de novedades publicadas se redujo notablemente respecto de 2019. “Ese año lanzamos cerca de 340 títulos; en 2021, menos de doscientos. La pandemia nos obligó a ser más creativos y a tener mejor ojo”. Respecto de 2022, anticipa que se prepara una gran campaña de la industria para promover la lectura y la compra de libros. “La gente está leyendo más -afirma-. De todas las industrias culturales, la del libro es la que salió mejor parada”. Por último, reconoce que fue un año difícil por la muerte de dos autores importantes del catálogo de Planeta: Juan Forn y José Pablo Feinmann.
El presidente de la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Actividades Afines (Falpa), el librero José Roza, hace una diferencia entre las librerías situadas en barrios y localidades de las provincias, a las que les fue mejor que en 2020, y las del microcentro porteño, que atraviesan un momento crítico. “Las grandes editoriales redujeron sus tiradas y a veces no satisfacen las demandas de las librerías alejadas de la ciudad de Buenos Aires, lo que nos obliga a comprar ejemplares a los distribuidores”, comenta.
“Si bien aún no contamos con datos suficientes para hacer un balance del año editorial, hay dos hechos que marcaron 2021 -dice el investigador Alejandro Dujovne-. El más auspicioso tiene que ver con el trabajo de comunicación cada vez más cuidado y eficaz que llevaron adelante muchas editoriales y librerías. A diferencia de lo que ocurría antes de la pandemia, en los dos últimos años editoriales y librerías buscaron acercarse a sus lectores de forma directa a través de boletines, redes sociales y WhatsApp, lo que les permitió formar comunidades de lectores y mejorar sus ventas. El aspecto negativo del año fue, nuevamente, el económico. Pese a la mejora respecto de 2020, y el crecimiento en las ventas que pueden mostrar algunas editoriales y librerías, todo indica que la recuperación del consumo distó de la que tuvo lugar en otros países. Esto fue parcialmente compensado por las compras públicas”.
Dujovne dirige el Centro de Estudios y Políticas Públicas del Libro de la Universidad Nacional de San Martín. “Dejando de lado la variable económica, y asumiendo que lo peor de la pandemia ya pasó, 2022 debería ser un año de reencuentro físico, presencial. La Feria de Editores de este año mostró la importancia que tiene para la cultura del libro el espacio público, el intercambio entre lectores, editores y libreros. Lo mismo cabe decir acerca de las presentaciones de libros, ciclos de poesía, festivales. El valor social y cultural del libro se construye, también, en esos encuentros”. Como todos los consultados para esta nota, destaca la importancia del regreso de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. “Implica recuperar su escenario masivo más importante”, dice.