Cómo aprender a navegar la incertidumbre, hoy una tarea esencial
La psicóloga y terapeuta Susana Balán dice que aceptar y enlazar los distintos aspectos de nuestra personalidad es clave en estos tiempos
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Susana Balán es una mujer de muchas vidas. Psicóloga y terapeuta radicada en Nueva York desde 1998, nació hace 80 años en el Chaco, a 170 km de Resistencia. Su familia materna pertenecía a una comunidad de gauchos judíos llegados de Rusia. Su padre era un socialista, antiimperialista y ateo que llegó a ser intendente del pueblo. Ella se recibió de psicóloga en la Universidad de Buenos Aires en 1963, con la primera camada de egresados. Eran casi todas mujeres y tenían prohibido hacer terapia clínica, por lo que atendían pacientes clandestinamente. El psicoanálisis estaba reservado a los médicos-psiquiatras que eran mayoritariamente varones.
Vivimos entre un mundo que no existe más y otro que aún no sabemos cómo será
Durante la última dictadura militar se refugió en Brasil y allí encontró su patria existencial. En Río de Janeiro pudo trabajar legalmente e integrar sus raíces judías y telúricas en una mezcla llamativa de yidishe mame y madre tierra con una gran versatilidad intelectual. Pero fue en Manhattan, donde se radicó con su esposo Jorge Balán, un prestigioso sociólogo y académico, donde se convirtió en lo que es hoy: una suerte de coach o entrenadora psicológica y espiritual de emprendedores, artistas y personas creativas. Mujeres y varones de entre 30 y 50 años a quienes ayuda a plasmar sus proyectos globales y a realizar sus sueños más íntimos de bienestar y felicidad. En general son personas que por tener varios talentos, intereses e historias complejas sienten que “no encajan” en ningún molde y siempre están buscando su “verdadero” lugar. Ella las llama personalidades link, enlace, porque tienen que aprender a “enlazar” los distintos aspectos de su personalidad, y a vivir en mundos y contextos sin bordes claros.
“Se trata de aprender a navegar la incertidumbre”, explica, “una cualidad que hoy es fundamental para atravesar el miedo, la polarización y las dicotomías mentales que generan la pandemia y la fenomenal transición de época, de era, que está viviendo la humanidad. Vivimos ‘entre medio de’ un mundo que ya no existe más y un mundo que todavía nadie sabe cómo será. Entre la necesidad de aislamiento para evitar el contagio y la necesidad vital de contacto y compañía. Entre la reacción primaria de protegernos solo nosotros y a los nuestros y la comprensión de que la salida no es individual sino colectiva”.
"A Balan le interesa trascender las dicotomías que limitan"
Su enfoque terapéutico consiste en aprender a desarrollar habilidades para vivir en lo que ella define como el in between. Ese espacio, casi siempre incómodo, “entre medio de” geografías, culturas, profesiones, contextos sociales y vivencias, generalmente en conflicto. Su último libro Link y las estrellas fugaces, que acaba de publicar en español, resume sus enseñanzas en una atrapante fábula para niños y adultos al estilo de El Principito o Juan Salvador Gaviota. El libro cuenta la historia de un caballito que emprende un camino lleno de peripecias hasta que logra integrar sus contradicciones “linkeando” su infancia pastoril con su pasión por los viajes espaciales.
Desde hace varios años Susana vive “entre medio de” Long Island, Nueva York y la Bahía de Portezuelo en Maldonado. Es habitual encontrarla a pleno sol en las playas de South Hampton o Solanas atendiendo desde su celular a pacientes de Buenos Aires, Méjico, Chicago o Manhattan. O haciendo tai chi por zoom con sus hijas que viven en Río de Janeiro y Vancouver. Joven y vital a los 80 años, también se la puede ver haciendo windsurf en la Laguna Garzón con su marido. Ejercitar no solo la mente sino el cuerpo es parte de una rutina diaria.
"La pandemia nos llama a dejar atrás el consumismo feroz"
En su pagina web InBetween despliega las teorías que fue refinando en base a su intensa práctica clínica de casi 60 años. Su obra transmite una gran intuición para captar los cambios sociales de cada época. En los años 60 fue pionera en la creación de grupos de mujeres que reflexionaban sobre la nueva identidad femenina. En la exposición Terapia”, actualmente en el Malba, se puede ver un documental de la cineasta experimental Narcisa Hirsch que registra las experiencias realizadas en conjunto.
En los 80 y 90 escribió La utopía amorosa y El abrazo preciso, donde investiga las nuevas formas de amar y sentir de las mujeres independientes y el tipo de vida y pareja que desean y necesitan. “Una paciente joven me dijo: ‘Las mujeres de tu generación nos ensañaron a luchar pero no a amar’. Así descubrí que entre la dependencia tradicional y la independencia total, la mayoría de las mujeres con quienes trabajo buscan la autonomía, pero no el aislamiento o la soledad”, cuenta.
Su libro Caminos, una pequeña obra de arte tanto teórica como visual, descifra los mapas mentales y emocionales que dividen a las personas entre quienes buscan el amor y la pertenencia y quienes anhelan el éxito y el poder. Como a ella le interesa trascender las dicotomías que encierran y limitan, esta obra descubre que es posible integrar tanto el amor como la necesidad de auto-realización personal y trascendencia.
Susana cuenta que en los momentos de mayor confusión siempre la guió una enseñanza de la Torah que dice así: “Si yo no soy para mí, ¿quién será/ Pero si soy solo para mí, ¿qué soy?/¿Y si no es ahora, cuando?”
“Este texto es tan vigente hoy como hace 2500 años”, afirma. “Los seres humanos somos a la vez seres individuales y seres sociales. Necesitamos tanto la libertad para alcanzar nuestra realización personal como la vida en comunidad. No podemos vivir solos, aislados. Esta pandemia es una advertencia: nos llama a dejar atrás el individualismo y el consumismo feroz, pero la solución tampoco es el altruismo ingenuo”.
Periodista, exsenadora nacional