Es latina y fue designada para un puesto clave en Washington DC: la conmovedora historia de Jackie Reyes-Yanes
Su vida no fue nada fácil, quedó sola con sus tres hijos y debió salir adelante, pero la salvadoreña logró sortear todas las adversidades; hoy su meta es ayudar que los hispanos del estado tengan mejores oportunidades
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En octubre de 2021, la alcaldesa Muriel Bowser nombró a Jackie Reyes-Yanes como directora de la Oficina de Asuntos Comunitarios de la Alcaldía (MOCA). Así, Reyes se convirtió en la primera latina en ser nombrada para este cargo. “Esta es la mejor ciudad del mundo si quieres convertirte en alguien. No tendría estas oportunidades en casa”, reflexiona en torno a este logro, aunque al mirar hacia atrás, nada fue fácil en su camino.
Antes de estar frente a MOCA, Reyes-Yanes se desempeñó como Directora de la Oficina de la Alcaldía para Asuntos Latinos (MOLA) durante seis años, y fue la primera directora de El Salvador de esa agencia responsable de hacer que la comunidad latina sea parte integral de las políticas y la asignación presupuestaria del Distrito, como detallan en la web del gobierno de DC.
Desde sus diferentes roles, Reyes Yanes siempre se comprometió en devolverle a la comunidad todo lo que esta le ofreció para que pueda desarrollarse, pero especialmente en luchar para conseguir todo aquello que aún falta y mucho de lo que aprendió a través de las adversidades de la vida.
Jackie llegó a Estados Unidos en 1990. Su padre había emigrado a principios de los años 80, en medio de la guerra civil en El Salvador. Mientras tanto, ella vivía en su pueblo natal, Cantón Las Marías, en Nueva Esparta, La Unión, bajo el cuidado de su abuela paterna. Cuando finalmente se reunieron, la relación no fue fácil; Jackie se sentía distante y desconectada, detallan en un informe de Canal 33 sobre su vida.
“Me volví una niña extremadamente rebelde. No quería estar con mi papá. Quería volver con mi abuela a El Salvador. Ella quería lo mejor para mí. Lastimosamente, yo no entendí. Fui muy inconsciente y a los pocos meses salí embarazada”, cuenta Yanes en el documental.
Embarazada y sin sus estudios concluidos, Jackie se fue a vivir con su pareja, otro muchacho de su edad, de origen colombiano-ecuatoriano. Se casaron, tuvieron tres hijos y cuando Jackie cumplió 21 años se separaron. Sola, con tres hijos, sin empleo ni estudios terminados, el panorama era muy desolador.
A pesar de las dificultades, Jackie no se rindió y encontró apoyo en el Centro Latinoamericano de la Juventud. Allí recibió asesoramiento para manejar su maternidad y consiguió trabajo como asistente en un programa destinado a jóvenes en riesgo de unirse a pandillas. En este centro, adquirió habilidades para planificar actividades estratégicas, elaborar presupuestos, solicitar y administrar fondos, y comunicarse con la comunidad. Además, el horario flexible le permitió cuidar de sus tres hijos.
“Vivía en un apartamento de una habitación donde dormía con mis hijos. Cuando pagaba alquiler, comida y demás facturas, a veces solo me quedaban 5 dólares. Compraba ropa de segunda mano, la lavaba bien, mis hijos siempre iban muy limpios y bien vestidos. Identifiqué tiendas donde por 20 dólares compraba un montón de juguetes. Ellos ahora me dicen, Mom, te las ingeniaste tanto que nunca supimos que éramos pobres”, recuerda.
Conforme Jackie ganaba confianza y ampliaba sus redes, su presencia en la comunidad se hacía más destacada. Adrián Fenty, quien en ese momento era candidato a la alcaldía de Washington, la invitó a unirse a su campaña debido a su habilidad para conectar con las personas. Tras una contundente victoria de Fenty, Jackie fue nombrada asistente de Relaciones y Servicios Comunitarios.
Era el año 2007. Paralelo a su desarrollo profesional, su vida personal había iniciado una etapa complicada de gestionar, pues su hija mayor se había convertido en una adolescente rebelde y bastante problemática. “La crianza como madre soltera es muy dura. Mi papá me decía, ahora me entiendes, ¿verdad? Creo que gran parte de los problemas de nuestros jóvenes latinos se dan porque sus padres trabajan mucho, no están presentes, no hay disciplina en el hogar y no conocen los límites. Es importante ser firme, aunque nos duela el corazón”, recomienda en otro tramo del informe.
Pese a los problemas en casa, por el buen trabajo que realizó, Reyes Yanes fue nombrada directora ejecutiva de la Oficina de Asuntos Latinos de la Alcaldía (MOLA, por sus siglas en inglés) convirtiéndose así en la primera mujer salvadoreña en dirigir esa agencia. Desde allí se enfocó en la ejecución del programa de servicios de Justicia para los inmigrantes y consolidó el financiamiento para la restauración de los departamentos Monseñor Romero y Mount Pleasant, que fueron destruidos por un incendio en el año 2008.
Toda la experiencia y los éxitos en su desarrollo profesional, no pudieron evitar que la Pandemia de Covid ponga a Reyes Yanes frente a un nuevo reto. “Cuando llegó la Pandemia de Covid, ya era directora de Asuntos Latinos de la alcaldesa Muriel Bowser. Cuando murió la primera persona latina, y no se la subió a la ambulancia porque carecía de documentación, la alcaldesa me dijo: ‘Tenemos un problema’”, cuenta Reyes Yanes en diálogo con WTOP.
Poco tiempo después, la oficina de Reyes-Yanes amplió sus esfuerzos, operando las 24 horas del día para llevar a cabo campañas de educación y salud, además de proporcionar asistencia con el alquiler y la vivienda a la comunidad latina. Aunque se han logrado avances, Reyes-Yanes destaca que aún persisten desafíos importantes, como la vivienda, el empleo, la calidad de las escuelas y la integración de los nuevos residentes en la ciudad.
Con aproximadamente 80.000 hispanos que residen en Washington D.C., Reyes-Yanes afirma que esta comunidad es fundamental para la ciudad y crucial para su economía. “Mi objetivo es garantizar que todos aquellos que deseen prosperar en Washington D.C. tengan las oportunidades necesarias para lograrlo”, comentó a WTOP.
“Con la perspectiva de 30 años de proceso migratorio, veo que ahora tenemos a una comunidad migrante con más formación y de todos los niveles, aunque todavía nos falta consolidarnos. Estas diferencias hay que aprovecharlas. Todos los dedos de tu mano no son iguales, pero deben articularse juntos para funcionar. Cuando nos mezclamos, nos escuchamos e intercambiamos ideas, nos damos cuenta de que tenemos aspiraciones parecidas. Nadie viene aquí a quitarle nada a nadie”, concluye Yanes desde el documental de C33.
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