Un “veranito” para Joe Biden: firmó el principal logro de su gestión y remonta su popularidad
El mandatario promulgó la “ley de reducción de la inflación”, un megapaquete de iniciativas fiscales que contempla beneficios para las familias y la mayor inversión de la historia para combatir el cambio climático
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WASHINGTON.- Luego de un año fatídico que le asestó un duro golpe a su popularidad, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, coronó un “veranito” político con la firma de una ley que busca mejorar el poder adquisitivo de las familias norteamericanas, bajar los costos de la salud, contener el alza del costo de vida y combatir el cambio climático, un megapaquete que representa el principal logro doméstico de su gestión.
Durante un alto en sus vacaciones, Biden promulgó este martes en la Casa Blanca la “ley de reducción de la inflación”, una iniciativa que demandó meses de negociaciones entre los demócratas y salió del Congreso sin un solo voto de la oposición republicana. La ley contempla la mayor inversión en la historia del gobierno federal de Estados Unidos –casi 370.000 millones de dólares– para combatir el cambio climático y acelerar la transición a una economía verde con una reducción estimada de las emisiones de dióxido de carbono del país de alrededor del 40% para 2030, inferior al objetivo inicial que se había fijado la Casa Blanca.
“El alma de Estados Unidos es vibrante. El futuro de Estados Unidos es brillante. Y la promesa de Estados Unidos es real y apenas comienza”, celebró Biden, antes de firmar la ley.
La puesta en marcha del ambicioso proyecto marcó uno de los logros más significativos de las últimas décadas para los demócratas, y terminó por redondear un verano de noticias auspiciosas para Biden y su gobierno. La inflación dio un respiro en julio, aunque sigue en un pico para las últimas cuatro décadas. El precio de la nafta, un dato clave para el ánimo de los norteamericanos, está bajando. La economía continúa creando empleo a pesar de que cayó en recesión técnica en el primer semestre. Y a eso se sumó el asesinato del líder de Al-Qaeda, Ayman al-Zawahiri.
Esa seguidilla marcó un claro contraste con el verano boreal del año anterior, cuando la caótica salida de Afganistán marcó un punto de quiebre en la presidencia de Biden, y abrió una etapa signada por el rebrote inflacionario, la persistencia de la pandemia del coronavirus y la invasión de Rusia a Ucrania. El respaldo a la gestión de Biden cayó debajo del 40%, el nivel más bajo que ha tenido un mandatario norteamericano al inicio de su presidencia desde la posguerra. Con todo, el apoyo al presidente repuntó en las últimas semanas, abriendo un hilo de esperanza para los demócratas antes de las cruciales elecciones legislativas de noviembre, en las que los republicanos aspiran a recuperar el control del Congreso.
A tono con el año electoral, Biden le envió un dardo a los republicanos en su discurso al afirmar que los demócratas se habían puesto del lado de la gente y los republicanos “del lado de los intereses especiales”, una referencia en la jerga norteamericana al establishment corporativo.
Los republicanos se opusieron furiosamente a la iniciativa, a la que pintaron como un “Caballo de Troya” de los demócratas para imponer su “agenda socialista” y subir los impuestos a las empresas. Entre otras medidas fiscales, la ley impone un impuesto mínimo del 15% sobre las ganancias corporativas a las grandes empresas, a las que los demócratas acusan de pagar muy poco en impuestos aprovechando deducciones y “atajos” en el código fiscal. La poderosa Cámara de Comercio advirtió que los aumentos impositivos a las empresas previstos para financiar la ley “desalientan inversiones y socavan el crecimiento económico”. La ley prevé generar ingresos y ahorros por casi 800.000 millones de dólares en la próxima década, y nuevos gastos y subsidios por casi 500.000 millones, según estimaciones oficiales. El resultado neto es una reducción del déficit fiscal de alrededor de 300.000 millones de dólares.
La ley contempla un menú de créditos fiscales para las familias que inviertan en paneles solares, autos eléctricos y electrodomésticos que ahorren energía. La Casa Blanca espera que aliente la instalación de 950 millones de paneles solares en el país, y le permita a las familias que aprovechen los créditos fiscales ahorrar US$1000 por año.
Además de la inversión para alentar el uso de energías limpias y combatir el cambio climático, la ley promulgada por Biden refuerza el alcance de Obamacare, la reforma de salud implementada por Barack Obama, que redujo el costo de las prepagas y permitió ampliar el acceso al mercado de la salud. La ley incluye además un viejo anhelo de los demócratas: Medicare, el programa de salud federal para los ancianos, podrá negociar el costo de los medicamentos que se venden bajo receta, un giro que los demócratas esperan ayude a bajar el costo de la salud, exorbitantemente alto en Estados Unidos.
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