Un testigo clave del asesinato de John F. Kennedy pone en duda la principal teoría sobre el magnicidio
En una entrevista publicada por The New York Times, el exagente del Servicio Secreto Paul Landis reveló nuevos detalles sobre la ubicación de la bala
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Un exagente del Servicio Secreto que estaba a pocos metros de distancia de John F. Kennedy cuando fue asesinado rompió el silencio después de décadas para expresar sus dudas sobre la teoría de una sola bala o de la “bala mágica” sostenida por la comisión que investigó el magnicidio.
En una entrevista publicada por The New York Times el fin de semana, Paul Landis dijo que durante mucho tiempo creyó en la conclusión oficial de que Lee Harvey Oswald actuó solo cuando mató al entonces presidente de Estados Unidos. Sin embargo, basándose en discrepancias entre lo que vio ese día y el informe de la comisión que investigó el asesinato, “estoy empezando a dudar de mí mismo”, aseguró.
“Ahora empiezo a cuestionarme”, agregó en diálogo con el periódico neoyorquino.
El testimonio de Landis seguramente alimentará las teorías de que varios tiradores mataron a Kennedy aquel 22 de noviembre de 1963 en la ciudad de Dallas, en el estado de Texas.
La teoría de la Comisión Warren, generalmente acreditada al especialista Arlen Specter, estableció que una sola bala ocasionó todas las heridas no fatales tanto en el presidente Kennedy como en el entonces gobernador de Texas, John Connally. Mientras que la herida fatal que dio en la cabeza del presidente fue causada por otra bala.
De acuerdo con la teoría, una bala de rifle de 25 mm de largo recubierta por una funda de cobre que es disparada desde el sexto piso del Texas School Book Depository atravesó el cuello del presidente, el pecho y la muñeca de Connally para terminar finalmente en el muslo de este último. Al realizar esta trayectoria, la bala atravesó 15 capas de ropa, aproximadamente 38 centímetros de tejido, golpeo en el nudo de la corbata, removió 10 centímetros de costillas y se alojó en el hueso del muslo.
La bala luego fue encontrada en la camilla del Gobernador en el pasillo del Hospital Parkland Memorial. Se convirtió en una evidencia clave para la Comisión, identificada como CE399. Su revestimiento de cobre, aparentemente intacto, dio pie a especulaciones. Sin embargo, la parte trasera de la bala, se encontraba completamente deformada y cubierta de restos orgánicos.
Pero la nueva entrevista de Landis y sus próximas memorias, The Final Witness: Un Agente del Servicio Secreto de Kennedy Rompe su Silencio Después de 60 Años, podrían poner en jaque toda la teoría. El exagente reveló al Times que él fue quien descubrió esa bala en la limusina, detrás del asiento de Kennedy, después de que el presidente fuera llevado al hospital.
Landis también indicó que no creía que la bala hubiera penetrado demasiado en la espalda de Kennedy antes de “salir disparada” y de que sacaran al presidente del auto. Preocupado de que alguien intentara llevársela, el hombre confesó que tomó la bala y la colocó junto a Kennedy en la camilla.
“Fue una pieza de evidencia que me di cuenta de inmediato de que era muy importante”, explicó Landis. “Y no quería que desapareciera o se perdiera. Así que pensé, ‘Paul, tienes que tomar una decisión’, y la agarré”.
Al darse cuenta en 2014 de que la ubicación donde afirmó que se recuperó la bala era diferente a la citada por la Comisión Warren, Landis consultó con varios funcionarios. En general, fue recibido con escepticismo, en gran parte debido a dos declaraciones anteriores que él mismo presentó.
Sin embargo, ninguna de las declaraciones mencionaba su hallazgo de la bala en cuestión, y él informó haber escuchado solo un par de disparos en el momento del asesinato, escribió The New York Times.
Landis sostuvo que en ese momento estaba en estado de shock y sufría de privación de sueño al presentar esos informes. Dijo que esperaba que esos informes tuvieran errores y omisiones porque en ese momento su enfoque estaba en apoyar a la primera dama Jacqueline Kennedy en su duelo.
Hacer públicas sus contradicciones con la narrativa oficial del asesinato de Kennedy no fue una decisión fácil, como sugiere su larga espera para hacerlo, según aseveró Landis.
“No quería hablar de ello”, dijo Landis, quien dejó la agencia federal aproximadamente seis meses después del asesinato de Kennedy. “Tenía miedo. Empecé a pensar, ¿hice algo mal? Existía el temor de que tal vez había hecho algo mal y no debía hablar de ello”.
El lanzamiento de las memorias de Landis está programado para el 10 de octubre. La publicación se produce menos de un año después de que la Administración Biden ordenara a los Archivos Nacionales publicar alrededor de 12.000 documentos relacionados con el asesinato de Kennedy, un movimiento que más del 70% de los estadounidenses respaldó.
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