Un estadounidense que combate en Ucrania habla del calvario de luchar contra Rusia: “Matan civiles sin más”

Como un campo minado en el frente, con cables intencionalmente atados y “algo” enterrado, así se enfrentan a Rusia Kevin y el grupo de veteranos de las fuerzas especiales extrajeras de élite que se alistaron para ayudar a Ucrania. En marzo, pasaron cuatro días en el spa, lo llamaban la “casa del infierno”, a 50 metros de las tropas rusas, la posición ucraniana más avanzada en Irpin, un suburbio a las afueras de Kiev. Estuvieron ahí mientras sus enemigos también intentaban avanzar y tomar la capital. Ese spa no siempre fue así, antes era próspero y luego se volvió un signo de la guerra, con todas sus cicatrices.

Kevin concedió una entrevista a CNN y relató su paso por la guerra. Antiguo agente antiterrorista de alto nivel en Estados Unidos, sirvió en Iraq y Afganistán, pero en Ucrania encontró uno de sus combates más intensos. Ahora él y sus compañeros son insurgentes.

Hace unos meses, vio al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, mientras hacía su primera convocatoria de combatientes extranjeros al principio de la guerra. Él relata que como exsoldado se sentía a la deriva y que dejó su trabajo de tiempo completo al enterarse. Apenas había llegado a Ucrania, cuando en horas ya estaba en la primera línea de la batalla.

También se unió a la Legión Internacional de Ucrania y el gobierno le paga un modesto salario de entre US$2000 y US$3000 al mes, aunque su equipo ha gastado más en la compra de material. El número de combatientes extranjeros actuales en Ucrania es un secreto de estado.

A diferencia de sus duelos anteriores, esta es la primera vez que Kevin tenía que defenderse de un enemigo con más poder. Él debía preocuparse. En sus palabras, “era como una película, una locura”.

“Hay tanques y por encima de nosotros hay helicópteros. Y puedes escuchar los jets rusos volando (…)”, relató a CNN.

Kevin y su grupo eran antes los soldados extranjeros que pedían esos ataques aéreos, nunca supieron cómo era estar desde el otro extremo, desde el receptor.

Atrapados por decisión en Ucrania

Aunque todos los días se planteaban irse, cuando ocurría otro amanecer, la adrenalina se volvía a sentir y decidían quedarse. Así llegaron a la “casa del infierno”, un complejo de saunas y gimnasios en el que se refugiaron por cuatro días.

“La llamamos la casa del terror, porque era literalmente una pesadilla”, cuenta. “Fueron cuatro días realmente miserables en los que dormimos muy poco, con artillería muy pesada y presencia de infantería muy pesada por parte de los rusos. No importaba cuánta gente elimináramos de su lado, ellos seguían viniendo”.

En la batalla, Kevin estaba asombrado por los esfuerzos de los soldados ucranianos y está seguro de que tomó la mejor decisión.

“Todo estaba en llamas. La artillería era incesante. Ya habíamos visto cómo asesinaban a los civiles sin más”. También está de acuerdo en que, desde el otro lado, había una ambigüedad moral en las guerras de Iraq y Afganistán.

“Oirás a los ucranianos llamar a los rusos orcos. Es porque para ellos es un símbolo del bien contra el mal, como en El Señor de los Anillos: la luz contra la oscuridad”, dijo.

Kevin asegura que no sabe cómo explicar a sus amigos lo que está viviendo, pero sabe que se quiere quedar en Ucrania, incluso plantea quedarse a vivir ahí. “Es el lugar donde debo estar”, concluye.

Rusia ha negado varias veces las acusaciones de crímenes de guerra y mantiene la premisa de que las fuerzas rusas no atacan a los civiles. Todavía falta mucho por salir a la luz.

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