Trabajó con Bizarrap, Trueno y Bad Bunny, emigró a Miami y acaba de firmar con el mismo sello que María Becerra: “EE.UU. es una montaña rusa de desafíos”
La pandemia y la situación económica de la Argentina lo cansaron y decidió probar suerte en el exterior; hoy cuenta cómo fue reiniciar su carrera como productor musical y el esfuerzo de los artistas emergentes latinoamericanos en el país del norte
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Cuando Ricardo García Araya, conocido como Xovox, llegó a Miami, conservaba el entusiasmo de un niño. Se deslumbraba con lo nuevo y lo diferente que ofrecía la ciudad norteamericana respecto a su Argentina natal. “Los primeros meses la pasé bastante bien porque no caí en la cuenta de que estaba emigrando”, cuenta el productor argentino, de 26 años. Sin embargo, aquella luna de miel iba a tener su punto final.
“Cuando llegó el momento de hacer la residencia temporal fue un estrés. Y el hecho de no saber cuándo iba a volver a ver a mi familia, también”, recuerda de aquella época en la que comenzaba a ser consciente de su nueva vida y de los trámites que se deben realizar para obtener la green card en el país norteamericano. Y es que a miles de kilómetros, lejos de todo, era momento de volver a comenzar.
Donde todo empezó
“Empecé en 2010 haciendo música electrónica bajo el seudónimo ‘Plastik Joker’. Luego, por un foro llamado Taringa, conocí al reconocido productor Omar Varela, con quien formamos una amistad que nos llevó a crear Mueva Records, el sello discográfico de música urbana más grande de Latinoamérica en ese momento, que llegó a colaborar con artistas como Bad Bunny”, cuenta el productor, en diálogo con LA NACION.
Luego, en 2018, decidió que era momento de que su socio y amigo llevara adelante el sello y, en ese mismo año, comenzó a trabajar con Trueno. “Eso me permitió llegar a discográficas como Warner Music”, agrega.
Aquel año fue especial para él, ya que también empezó a colaborar con Bizarrap, cuando aún era un diamante en bruto que el mundo no había descubierto. Y cuenta cómo surgió aquella relación: “Nos conocimos por Twitter. Desde el momento uno entablamos una buena amistad y colaboramos en varios proyectos juntos. El más conocido fue un remix que le hicimos a la canción ‘Amorfoda’ de Bad Bunny”.
“Cuando nos conocimos, él estaba haciendo la transición de editor de videos a productor musical. Frecuentaba mucho mi estudio y estábamos constantemente aprendiendo nuevas técnicas para emplear en el DAW ‘Fl Studio’. Bizarrap siempre tuvo esa chispa y ese carisma. Y los artistas con los que él trabajó siempre lo miraron con admiración. Era obvio que iba a triunfar”, remata.
Y revela algo inédito: “La primera sesión se le ocurrió en mi estudio. Estábamos produciendo y grabando a Kodigo, en el tema que más adelante lanzamos llamado ‘Koko’, y él me dice: ‘¿Por qué no grabamos esto así como está, con el celular, y lo subimos de una?’. Y yo le dije: ‘¿Vos decís?’. Para mí, hacelo mejor. Producilo bien en tu casa, con luces y todo. Está muy bueno esto como para sacarlo así nomás. ¡Y así fue!”.
“De hecho, hay un dato muy curioso: en la primera sesión #1, Kodigo me nombra y dice: ‘Esperen lo pronto producido por el Xovox, bobo, esto es Como Nadie’, haciendo referencia al tema que más tarde sacamos llamado así”, detalla.
El punto de inflexión
El año que marcó el inicio de la pandemia, 2020, fue un quiebre para su carrera. “Había invertido 5000 dólares, que eran casi todos los ahorros que tenía, en reformar mi estudio. Por las razones que todos sabemos, no podía invitar a los artistas a grabar a mi casa. Entonces, me quedé sin ingresos y comencé a buscar nuevas maneras de hacer dinero”, comenta.
Fue así que, estudiando, descubrió que había páginas de Facebook que tenían muchas reproducciones, pero no estaban monetizando. “Sabía que ese negocio iba a facturar, pero no imaginé que tanto. Entonces, seguí escalando ese negocio y consiguiendo más páginas de Facebook para ofrecerles el modelo, hasta que llegué a tener seis”, precisa.
Fue así que, con todos sus ahorros, decidió partir a Miami. “Emigré porque estaba muy disconforme con la situación del país en ese momento. Sentía que había tocado techo. Sabía que, donde fuera, iba a trabajar mi faceta artística, pero no tenía muy claro para dónde iba a ir”, aclara sobre el fondo de su decisión.
“Llegué a Miami con solo dos contactos”, introduce. Sin embargo, el comienzo no fue el que había imaginado. Y tan duro fue el inicio que recuerda con cariño al primer artista con el que trabajó en suelo norteamericano. “Uno de los primeros que confió en mí fue JayOc. Él es un gran artista y un gran amigo que me enseñó mucho”, resalta.
Ser artista emergente en Estados Unidos
Su primera experiencia con JayOc y la cantidad de artistas que pasaron por Miami Talent Studios, donde trabaja hoy activamente con junto a su socio, le demostraron lo duro que es triunfar en Estados Unidos siendo extranjero y latinoamericano.
“La trayectoria de un artista emergente latino en Estados Unidos es una montaña rusa de desafíos y perseverancia, que a menudo queda oculta detrás del éxito visible”, revela. “Primero, está el sacrificio personal enorme: dejar tu país, tu cultura y, lo más duro, a la familia. Esta separación afecta no solo emocionalmente, sino también en la identidad cultural del artista, que es vital en su música”, subraya.
Por otro lado, económicamente, las dificultades son enormes. “Muchos artistas llegan con recursos limitados y deben encontrar maneras de sustentarse mientras persiguen su pasión. Esto, a menudo, significa trabajar en empleos que no tienen relación con su arte, lo que puede ser agotador y desmoraliza”, reflexiona.
Antes de ser descubiertos por un productor, muchos viven en condiciones precarias, comparten departamentos pequeños o incluso se enfrentan a la inseguridad de no tener un lugar fijo donde vivir.
“La incertidumbre es constante: no hay garantías de éxito, y el camino está lleno de rechazos y desilusiones. Los altibajos emocionales son intensos. La presión de tener que ‘hacerla’ en un ambiente competitivo y en una cultura diferente puede ser abrumadora. Además, la barrera del idioma y las diferencias culturales pueden hacer que se sientan aislados o malinterpretados”, completa.
De productor a compositor e intérprete
Más allá de su trabajo como productor, está feliz por su actualidad como intérprete. Y hace un breve repaso de qué fue lo que lo llevó a lanzar sus propios temas. “Me pasó que a veces componía canciones para artistas y no me terminaba de gustar cómo las interpretaban. Entonces, comencé a grabarme y a aprender de los mejores en técnicas vocales y de grabación, y me empezó a gustar mucho el resultado”, sintetiza en una breve cronología.
“Luego, hice un viaje a España donde grabé dos videoclips increíbles. Los dos videos salieron increíblemente bien y estoy muy contento con ese trabajo”, dice con entusiasmo, y agrega que acaba de firmar con Warner Chappell Latin en Miami, la misma compañía ligada a María Becerra.
“Mis planes para el año que viene son poder producir más artistas de la editorial y armar algún álbum, el cual ya tengo algo hablado con un artista muy grande de España que todavía no puedo decir, pero esperamos se concrete pronto. Siento que todavía faltan muchas cosas por concretar, pero me siento muy feliz con lo que he logrado. Disfruto tanto mi faceta empresarial como mi faceta artística. Mi enfoque de 2024 va a ser total en la música”, cierra.
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