Se encontró con una insólita nota en una cafetería de EE.UU. y la compartió en Twitter: “Nos vemos obligados a...”

Ha sido un año completamente atípico para los estadounidenses. La inflación alcanzó niveles que no se registraban desde hacía décadas y que son completamente desconocidos para las generaciones más jóvenes, quienes se colman de angustia frente a un fenómeno económico que, si bien es usual en muchos países, era ajeno en Estados Unidos.

Desde hace tiempo, se han visto carteles en locales gastronómicos en diversos puntos del territorio que indican que se hace un “recargo extra” al servicio que se ofrece y se justifica con que corresponde a un aumento generalizado de costos.

En diálogo con LA NACION, Jerónimo Mura, periodista argentino que vive actualmente en ese país, repasó la anécdota que vivió recientemente cuando visitó una cafetería en Boca Ratón, ciudad de la costa sureste de Florida.

“Debido a la inflación y con el fin de mitigar mayores costos de suministros, nos vemos obligados a agregar un 10% a su factura”, rezaba el cartel que Mura fotografió. Si bien se trata de la primera vez que el joven se cruza con un anuncio así en Florida, ya se habían comenzado a ver en Nueva York y Minnesota desde principios de año, cuando algunos comensales compartieron en redes sociales imágenes de las facturas con un “impuesto sobre el bienestar” incluido.

De acuerdo a Mura, este cargo también se puede encontrar en facturas como “ajuste no monetario”, “recargo por combustible” o “apreciación de la cocina”. Se trata de una medida impulsada principalmente por los restaurantes que intentan hacer frente al impacto de la inflación. Asimismo, según consignó The Wall Street Journal, Visa y Mastercard aumentaron en abril las tarifas de transacción para muchos comerciantes.

Otro término utilizado por la industria gastronómica para aplicar el recargo es el de “inflación temporaria”. Por ejemplo, Romano’s Macaroni Grill, una reconocida cadena de restaurantes estilo italiano, se hizo viral en redes sociales luego de que una comensal publicara en Twitter un ticket donde se evidenció que, de los 18 dólares que pagó por pasta y una bebida, estaban incluidos US$2 que correspondían a esta sorprendente tarifa.

Por otra parte, algunos se han tomado el aumento de precios con mucho humor. Incluso hubo personas que, con suma creatividad, se disfrazaron de “inflación” para el desfile anual de Halloween en Manhattan, Nueva York.

Si bien todavía no se conocen los datos de noviembre, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó a principios de este mes que los precios al consumo en Estados Unidos aumentaron un 7,7% en octubre con respecto al año anterior, el menor aumento registrado desde enero.

La semana pasada, Joe Biden celebró la disminución de los precios de la gasolina, la ropa y algunos electrodomésticos. De acuerdo con expertos, aunque junio fue el peor mes con un aterrador 9,1% de inflación, rozando los dos dígitos, no se avizora un regreso próximo a los niveles normales.

A grandes rasgos, la inflación es el resultado de la ruptura de la cadena de distribución desde el inicio del Covid-19 y posteriormente la guerra en Ucrania, que elevó el precio de muchos commodities y de los principales insumos para la energía, petróleo y gas.

En el caso de Estados Unidos, algunos analistas destacan que los billones de dólares en los programas de estímulo que Biden gastó para enfrentar los estragos de la pandemia también ayudaron al difícil escenario actual.

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