Remodelaba el sótano de su casa y encontró 38 tumbas centenarias con restos humanos

Un hombre, residente del barrio Montconseil, en la isla francesa Corbeil-Essonnes, realizaba renovaciones en su sótano cuando encontró algo insólito: huesos humanos. Este hallazgo accidental llevó a que un equipo de arqueólogos, bajo la dirección del Servicio Regional de Arqueología de Île-de-France, llevara a cabo una excavación que concluyó con el descubrimiento de 38 tumbas.

De acuerdo con los datos proporcionados por la investigación arqueológica Archeodunum, desde el siglo XIX se ha sabido de la presencia de un cementerio de la Alta Edad Media en Montconseil.

Ya se habían encontrado sarcófagos de yeso típicos de la época, pero nunca se había realizado un estudio detallado de los entierros hasta ahora. Los arqueólogos que trabajaron en el sitio pudieron estudiar por primera vez este cementerio en un contexto científico. El resultado fue el descubrimiento de 38 tumbas, todas con restos de esqueletos humanos.

Los detalles del antiguo cementerio encontrado en el sótano de una casa en Francia

Las excavaciones, que cubrieron una superficie de 52 metros cuadrados del sótano de la vivienda, revelaron un antiguo cementerio que fue utilizado durante más de siete siglos, desde la Antigüedad tardía hasta los inicios de la Edad Media, es decir, entre los siglos III y X d.C. Los entierros estaban dispuestos en hileras paralelas, a pesar de la presencia de formaciones rocosas en el subsuelo, lo que indica una disposición planificada y meticulosa de los cuerpos. Las tumbas, aunque desplazadas en algunas ocasiones, se mantuvieron dentro del mismo esquema organizativo durante todo el periodo de uso del cementerio.

El descubrimiento sugiere que la función funeraria de esta área existía mucho antes de lo que se creía. Aunque anteriormente se asumía que estos entierros estaban relacionados con la capilla de Notre-Dame-des-Champs, construida en el siglo VII, los investigadores determinaron que el cementerio es mucho más antiguo. De hecho, las primeras fosas datan de la Antigüedad tardía, lo que demuestra que el lugar ya tenía fines funerarios antes de la construcción de la capilla cristiana.

Prácticas funerarias a lo largo de los siglos

A lo largo de los siglos, las prácticas funerarias en el sitio fueron evolucionando. Los expertos aseguraron que durante el Bajo Imperio Romano, los difuntos eran enterrados en cajas de madera, colocadas en fosas profundas y dispuestas boca arriba. Posteriormente, en la Alta Edad Media, esta tradición cambió y los cuerpos comenzaron a ser enterrados en sarcófagos de yeso, un tipo de sepultura común en la región de Île-de-France.

En total, los arqueólogos descubrieron diez sarcófagos en el lugar. Aunque algunos sarcófagos de yeso de esta época solían estar decorados con adornos exteriores, los encontrados en Corbeil-Essonnes no presentan ningún tipo de ornamentación, y todos contenían los restos de un único individuo. La disposición de los mismos, en forma de abanico, sugiere que las sepulturas seguían un patrón específico, respetando las tradiciones funerarias de la época.

Junto a esto, uno de los hallazgos más intrigantes fue un bloque de piedra tallada que cubría uno de los sarcófagos. Aunque estaba incompleto, se pudieron identificar algunos motivos, como un rosetón y varias cruces latinas inscritas en un círculo, símbolos que se encuentran habitualmente en los cementerios cristianos de la Edad Media. Estos detalles proponen una fuerte conexión entre las prácticas funerarias locales y la iconografía cristiana de la época.

¿Qué pasará con los esqueletos hallados?

Los esqueletos descubiertos serán sometidos a un análisis exhaustivo en laboratorio. Los especialistas se encargarán de determinar el sexo, la edad al momento de la muerte y las condiciones de vida de las personas enterradas. Además, se estudiará la disposición de los huesos y cualquier mobiliario funerario que pueda haber acompañado a los difuntos, con el objetivo de entender mejor las costumbres de la época en relación con la muerte y el entierro.

Este hallazgo arqueológico también permitirá a los investigadores reconstruir las acciones funerarias que se llevaron a cabo: cómo se preparaban las tumbas, cómo se colocaban los cuerpos y si hubo alguna reapertura de los sarcófagos. De manera más amplia, el estudio de estos restos proporcionará una ventana a las formas de vida y las tradiciones funerarias de las comunidades que habitaron esta región durante más de 700 años.

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