Por una enfermedad, comió solo carne por cinco años y dice que es la mejor dieta que hizo en su vida
La mujer canadiense padeció graves problemas de salud desde su infancia y aseguró que, una vez que decidió cambiar drásticamente su alimentación, todo mejoró
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LA NACION
Sobre las dietas se dice que es fácil empezar, pero difícil mantenerse. Lo que parecía un propósito de seis semanas, se convirtió en una forma de vida para la canadiense Mikhaila Peterson, quien ahora es toda una referente de la llamada “dieta del león”, que cada vez es más popular y genera controversia en redes sociales.
La joven influencer y podcaster se alimenta principalmente de productos hechos a partir carne de res: como bistec y carne molida, cocinados simplemente con sal marina, y para digerir usa solo agua natural. Sobre esta particular “dieta del león”, los entusiastas aseguran que es similar a la “Keto”, que obliga al cuerpo a entrar en un estado de cetosis (inanición), consecuencia de una limitación prolongada de alimentos con carbohidratos para perder peso.
El funcionamiento biológico de este tipo de modelos de alimentación es un poco más complejo y no se debe considerar como una receta para todas las personas. Sin la energía de liberación lenta que el cuerpo obtendría normalmente de los carbohidratos, recurre a sus propias reservas de grasa y produce cetonas.
En los últimos años, la dieta “Keto” ha ganado simpatías por sus drásticos resultados de transformación física. En este caso, los defensores de la “del León”, de estilo carnívoro, aseguran que, más allá de los resultados estéticos, tiene beneficios en la salud.
Mikhaila, hija del psicólogo Jordan Peterson, eligió seguir este movimiento tras padecer una rara variedad de artritis reumatoide juvenil, que requería medicación permanente.
Cuando cumplió 17 años, tuvo que someterse a dos prótesis de articulaciones. Según dijo, hasta entonces los médicos le habían indicado que tendría que estar bajo medicación de por vida para controlar la depresión y otros padecimientos relacionados.
“No podía despertarme, la depresión era lo peor de todo”, contó la influencer al blog Femail del Daily Mail, dónde también reveló: “Tardé mucho en empezar a tomarla en serio, pero empecé a investigar sobre la dieta carnívora y al final le di una oportunidad”.
A partir de los 23 años, la alimentación de Mikhaila Peterson se centraba en una dieta exclusivamente cárnica, que consistía principalmente en productos de vacuno, pero en combinación con verduras y tubérculos. Es decir, “paleo” estricta.
Con esa modificación, contó, su salud cambió considerablemente. En diciembre de 2015, contra todo pronóstico de los médicos, dejó de tomar todos los medicamentos que le habían recetado porque sus síntomas habían mejorado.
Para 2016, la vida de Mikhaila tuvo otro vuelco al descubrir que estaba embarazada, fue entonces cuando sintió que había dado un paso hacia atrás: volvieron los síntomas de fatiga crónica y depresión. Durante su gestación se mantuvo fuerte, con alimentación regular y controlada de los dolores. Cuando finalmente recibió a su hija en 2017, Mikhaila retomó el camino que había empezado.
La vuelta a la “dieta del león”
Desde entonces, la canadiense, que ahora tiene 30 años de edad, decidió que su régimen sería exclusivamente a base de carne de res para recuperar el control de su salud. “A las dos semanas de empezar la dieta, sentí mejoría en las articulaciones y dejé de llorar por las mañanas. A las seis semanas, mi depresión bastante severa desapareció. A los cinco meses, la ansiedad/resaca de antidepresivos se fueron”, explicó en una polémica conferencia.
La intervención habría estado programada para ser parte de las afamadas charlas TED, pero por razones poco claras finalmente no fue publicada bajo este concepto. Mikhaila ahora se asume como portavoz del movimiento que defiende los enfoques de la dieta carnívora e incluso lanzó su propio sitio web liondiet.com, donde regularmente genera contenidos para animar a otras personas a cambiar sus hábitos, al tiempo que responde críticas de algunos detractores.
No obstante, cabe destacar que las implicaciones de cambiar un estilo de alimentación habitual a este podrían ser graves para el organismo. Ante todo, se recomienda visitar siempre a un especialista y no seguir las tendencias sin supervisión médica.
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