Ocurre durante el verano y, aunque aún es inusual, cada vez más compañías se suman a la iniciativa de otorgarles el último día laboral franco a sus trabajadores
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Durante los largos y soleados días de verano, muchos trabajadores quieren comenzar el fin de semana lo antes posible. Si bien la mayoría de los empleados deben responder correos electrónicos y participar en videollamadas de Zoom hasta las 17, al final de la semana laboral, un pequeño grupo tiene la libertad de comenzar mucho antes los planes de fin de semana.
Esto es gracias a los ”summer fridays” o “viernes de verano”, un beneficio que algunas firmas estadounidenses ofrecen a los empleados para salir temprano del trabajo, o incluso tomarse el día libre todos los viernes, durante los meses de junio, julio y agosto.
Es una gran ventaja, dice Vicki Salemi, asesora del sitio de búsqueda de empleo Monster.com, que experimentó con los “viernes de verano” por primera vez cuando aceptó un trabajo que ofrecía ese beneficio en la ciudad de Nueva York. “Recuerdo que fue glorioso, porque todos los viernes por la tarde iba al museo Met”, comentó.
Más allá de dar a los empleados tiempo libre adicional, Salemi explica que el propósito de esta medida es impulsar el compromiso y la moral de los trabajadores. También es para aprovechar la calma del verano que experimentan muchas industrias de cuello blanco, pues el personal y sus clientes suelen tomar vacaciones durante esos meses, por lo que hay menos trabajo que hacer. Los estudios muestran que la productividad cae por estas razones en el verano.
Un beneficio temporal
No hay muchos datos concretos sobre la historia de los “viernes de verano”, pero algunas historias de su origen sugieren que comenzaron en la década de 1960 en Nueva York. Al más puro estilo de Mad Men, los ejecutivos de publicidad salían temprano los viernes para comenzar el viaje hacia los Hamptons, la zona rural y rica al este de Long Island.
Los primeros antecedentes de esta prestación aparecen en el New York Times en 1988, en un artículo que destaca sus beneficios para la ciudad. “Desde el punto de vista de la gerencia, las horas de verano son aceptables porque tienen una duración limitada y, a diferencia de un aumento de sueldo o una mejor cobertura médica, no se convierten en una parte permanente del paquete de beneficios salariales”, señala.
Hoy en día, los “viernes de verano” todavía están fuertemente asociados con Nueva York y son comunes entre los trabajadores de sectores como finanzas, tecnología y medios. Pero en los últimos años se han extendido más allá y se han vuelto más comunes. Algunos datos sugieren que alrededor del 10% de las empresas estadounidenses ofrecieron el beneficio en 2015.
En 2017, el 42% de las empresas estadounidenses de la lista Fortune 1000 encuestadas por la firma de investigación CEB (ahora Gartner) aplicaban el “viernes de verano”.
Un lujo de algunos
Pero como bien saben muchos trabajadores, salir temprano los viernes es un lujo que no está al alcance de todos. Es una prestación que depende en gran medida de la industria. “Esto es algo que no se distribuye equitativamente entre la fuerza laboral. Definitivamente son trabajadores de cuello blanco, altamente educados, trabajadores calificados (en sectores) donde el verano es lento de carga laboral”, dice Stephan Meier, profesor de administración en la Escuela de Negocios de Columbia en Nueva York.
Muchos trabajos están tan ocupados los viernes como cualquier otro día, como en hospitales y la hostelería, por lo que tomarse un tiempo libre no es una opción. Salemi también apunta al comercio electrónico, la logística y la fabricación como ejemplos de sectores en los que los “viernes de verano” no funcionarían tan bien, ya que esas industrias no tienen pausas.
Además, algunas industrias tienen un punto máximo de trabajo en el verano: una de las dos semanas de la moda de Nueva York se lleva a cabo a fines del verano o principios del otoño, por ejemplo, por lo que los trabajadores de la moda de la Gran Manzana tienen que trabajar más, no menos.
Además, los “viernes de verano” tienden a beneficiar a los empleados permanentes y excluyen a los empleados en condiciones menos beneficiosas, como trabajadores independientes o empleados temporales.
Salemi también señala que si los jefes con personal autónomo (freelancers) no están activos, a estos trabajadores no se les asignan tareas y es posible que ganen menos dinero, especialmente si se les paga por hora. “Puede afectar su jornada laboral y flujo de trabajo y los ingresos”, señala. “En algunas culturas, en algunas empresas, puede ser una presión personal que te pones a ti mismo” para no tomar los “viernes de verano”, dice Salemi.
Si un jefe está revisando los mensajes cuando se supone que debe estar descansado, esto echa por tierra por completo el punto de los “viernes de verano”. Por lo tanto, no todos los trabajadores que tienen esta opción realmente cosechan las recompensas.
Una “estrategia de retención”
La pregunta es: ¿Podría extenderse este beneficio a un amplio sector de los trabajadores? Algunos expertos dicen que es posible, ya que los deseos y demandas de los trabajadores han cambiado, y se han hecho más fuertes, en medio de la pandemia.
Después de todo, la pandemia ha demostrado que los trabajadores valoran la flexibilidad por encima de todo, y los “viernes de verano” ciertamente son parte de esto. Además, pueden ayudar a las empresas a gestionar el estrés de su plantilla. “Aunque son un beneficio existente desde antes de la pandemia, es una forma fácil en que los empleadores pueden abordar el agotamiento y ayudar a los empleados a equilibrar el trabajo de varios años en un puesto y la vida del trabajo desde casa”, dice la experta en empleos Allison Sullivan, del sitio de carreras Glassdoor.
Salemi está de acuerdo en que esta modalidad es propicia para mejorar la salud mental y frenar el agotamiento. Por otra parte, Meier dice que los “viernes de verano” son “una estrategia de retención”: un beneficio que algunos trabajadores pueden valorar incluso más que el dinero, especialmente si se trata de un aumento relativamente pequeño.
Eso, dice, podría implicar que los “viernes de verano” se vuelvan más comunes, pues “cada vez más empresas están entendiendo qué motiva a las personas” en términos de ventajas y prestaciones, y no se trata de instalar mesas de ping-pong o dar bocadillos gratis. “No son algo que todas las empresas puedan implementar con éxito, pero las empresas que realmente lo hagan tendrán una ventaja competitiva”, considera Meier.
Además, en una era que ha visto cambios sísmicos en el trabajo, los “viernes de verano” alimentan un debate que se está acelerando a raíz de la pandemia: si las empresas podrían introducir la semana laboral de cuatro días . “Definitivamente podrían ser una excelente prueba” para semanas laborales más cortas durante todo el año, dice Salemi, siempre que los trabajadores no estén acumulando 50 horas de trabajo en un horario de lunes a jueves.
Meier está de acuerdo: “Creo totalmente que hay una forma en que podemos averiguar cuánto podemos hacer realmente en cuatro días”, dice. “Démosle a la gente más viernes libres: viernes de otoño, viernes de primavera”.
Por ahora, sin embargo, los “viernes de verano” siguen siendo un placer codiciado que ofrece un valioso tiempo libre para algunos trabajadores afortunados, y es un beneficio que casi todos los trabajadores ciertamente agradecerían. “El verano no durará para siempre. Pasará muy rápido”, dice Salemi. “Así que disfrutémoslo”.
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