Pidió que no le festejaran el cumpleaños, lo desobedecieron y pasó lo peor: ahora deberán indemnizarlo
El denunciante argumentó que el festejo le causó un ataque de pánico que, días después, desembocó en su despido
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Un hombre en Kentucky, Estados Unidos, demandó a la compañía en la que trabajaba luego de que decidieran organizarle una fiesta de cumpleaños, a pesar de haberles advertido que le provocarían un episodio de “estrés y ansiedad”. El hecho ocurrió en 2019 y terminó con el sujeto cobrando una importante suma de dinero.
La situación se remonta al ingreso de Kevin Berling en la firma Gravity Diagnostics, localizada dentro del condado de Kenton. Según consta en la demanda, y a pocos días de unirse como nuevo empleado, Berling mantuvo una reunión con su gerente y le hizo un simple pedido: no quería celebrar su cumpleaños en el trabajo.
Su justificación fue también sencilla: admitió que ese tipo de situaciones no solo podían provocarle ataques de pánico sino que, además, le evocarían recuerdos incómodos de la infancia.
Aunque pensó que su deseo había sido escuchado, la empresa, que se dedica a confeccionar pruebas para diagnosticar el Covid-19, desestimó su pedido y le organizó una fiesta sorpresa en agosto de 2019, que desencadenó un ataque de pánico. Berling escapó rápidamente de su oficina y terminó su almuerzo en su auto.
Al día siguiente, y a pesar de la traumática experiencia, el hombre se presentó a trabajar. En la oficina dijo haber sido “enfrentado y criticado” por sus compañeros de trabajo. También se lo acusó, entre otras cosas, de haberse “robado la alegría del lugar” y de “ser una niña”.
Para su sorpresa, esas recriminaciones incitaron un segundo ataque de pánico. Fue así que Berling debió pasar, por pedido de la empresa, las siguientes dos jornadas laborales (8 y 9 de agosto) en su domicilio. Dos días después de los episodios, Gravity Diagnostics tomó una dramática decisión.
Kevin fue despedido de la empresa. La compañía
alegó que su presencia podía “genera problemas de seguridad” en las instalaciones. El hombre inició entonces una demanda basada en “discriminación a una discapacidad” y “la toma de represalias contra él por parte de la empresa”.
El juicio entre Gravity Diagnostics y Kevin Berling, que se celebró en los últimos días del mes de marzo, terminó con el juez ordenando a la firma el pago de 450.000 dólares a su exempleado. El monto estuvo compuesto de 300.000 dólares por “angustia emocional” y 150.000 adicionales por “salarios perdidos”.
Hasta hoy, Gravity Diagnostics se niega a admitir que “actuó mal”. Incluso, la directora de operaciones de la compañía, Julie Brazil, reafirmó la decisión del despido de Berling por quebrantar “una política de violencia en el lugar de trabajo”. “Mis empleados fueron las víctimas en este caso, no el demandante”, agregó.
Mientras tanto, el abogado de Berling, Tony Bucher, dijo en diálogo con la BBC que “no había absolutamente ninguna evidencia” de que Kevin representara una amenaza para alguien en Gravity, y menos que justificara su salida. “Tuvo un ataque de pánico. Eso es todo”, remarcó.
Y completó: “Como los representantes de empresa no entendieron su respuesta, asumieron que era una amenaza. Asumir que las personas con problemas de salud mental son peligrosas sin ninguna evidencia de comportamiento violento es total y completamente discriminatorio”.
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