Peter Thiel abandona Facebook para apoyar al trumpismo en las elecciones legislativas
El empresario fue uno de los primeros en invertir en la red social de Mark Zuckerberg en 2004
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Meta, la empresa matriz de Facebook, ha anunciado este lunes que Peter Thiel abandonará la junta del consejo. El polémico empresario de Silicon Valley termina así 17 años de relación con la red social creada por Mark Zuckerberg.
“Creyó en nosotros cuando pocos otros lo hicieron y me enseñó varias lecciones sobre negocios, economía y el mundo”, ha asegurado en una despedida el presidente de la compañía, quien no ha informado de los motivos que llevan al inversor de 54 años a no presentarse a la reelección en la próxima reunión de accionistas de mayo.
“Siempre supimos que en algún punto dedicaría su tiempo a otros intereses”, subrayó Zuckerberg. El círculo cercano a Thiel ha confirmado a la prensa norteamericana que el magnate se enfocará en las elecciones legislativas de noviembre, en las que impulsará a candidatos simpatizantes con Donald Trump y su agenda.
Thiel, con una riqueza de 2.600 millones, es un magnate único entre el amplio catálogo de grandes fortunas de Estados Unidos: republicano y gay, provocador de creencias católicas, defensor de la libertad de expresión y artífice de la quiebra del medio de cotilleos Gawker. Detesta la progresía de la costa oeste a pesar de ser un producto de esa cultura.
Con su activismo económico hiperlibertario, fue uno de los primeros empresarios tecnológicos que adoptaron a Trump en la campaña de 2016. Uno de los interminables rumores que alimentaron la caótica Administración republicana afirmaba que el expresidente llegó a considerar a Thiel para llenar una de las vacantes en el Supremo.
Su simpatía con algunos grupos radicales de la derecha — que se origina desde sus tiempos de estudiante en Stanford, donde editó una revista de corte ultraconservador — provocaron fricciones con Zuckerberg y otros ejecutivos de la junta directiva de Facebook, describe el periodista Max Chafkin en el libro The Contrarian, publicado a finales del año pasado.
Thiel, junto a integrantes del movimiento llamado Alt Right (la derecha alternativa) se quejaban de que la red social mostraba una tendencia ideológica hacia los demócratas y a la izquierda.
Uno de sus papeles como miembro de la junta era elevar la voz del conservadurismo a la cúpula del gigante tecnológico. La noticia llega días después de que Meta admitiera que ha perdido terreno frente a Tik Tok, lo que hizo caer un 26% el precio de las acciones, esfumando 323.000 millones de dólares de valor de mercado.
Desde Founders Fund, uno de los fondos de inversión más fecundos de Silicon Valley, Thiel se convirtió en un rey Midas con empresas como Spotify, Airbnb, SpaceX, Lyft y Kavak, entre otras. En agosto de 2004 invirtió medio millón de dólares en una iniciativa de un joven de 19 años que había abandonado la carrera, Mark Zuckerberg.
Su firme convicción en un mundo sin bancos centrales lo llevaron a impulsar una plataforma de pagos online. Esa compañía es Pay Pal, que debe mucho de su éxito a su inteligencia y a la de Elon Musk (ambos se respetan, pero se tienen un odio profundo, afirma Chafkin).
Su empresa de datos Palantir ha sido criticada por vender información para nutrir los programas de vigilancia utilizados por el Pentágono. “Ha sido un privilegio trabajar junto a uno de los grandes emprendedores de nuestros tiempos”, ha dicho en un breve comunicado Thiel sobre Zuckerberg, de quien ha destacado su “inteligencia, energía y escrúpulos”.
Thiel fue en varias ocasiones mentor de Zuckerberg. Tiene simpatía por perfiles similares al del creador de Facebook. En 2011 lanzó una beca universitaria dotada con 100.000 dólares para que jóvenes estudiantes abandonaran sus estudios y comenzaran a emprender.
A pocos ha sorprendido el anuncio de Meta de este lunes. Desde hace meses las columnas políticas daban señales de que Thiel se prepara para la batalla en la que los republicanos pretenden arrebatar a los demócratas el control del Congreso.
Rumbo a los comicios legislativos, el financiero respalda a cuatro candidatos al Senado y otros 12 aspirantes a la cámara baja, la Cámara de Representantes. Tres entre esta docena son políticos que quieren desbancar a republicanos que votaron a favor del impeachment de Trump, un pecado inolvidable que no se olvida en el ajuste de cuentas entre los conservadores.
Uno de sus objetivos los ha colocado en Arizona. La narrativa de los trumpistas cree que en ese Estado, ganado por Biden en 2020, se fraguó un fraude electoral. Thiel ha aportado más de 10 millones de dólares para financiar la carrera al Senado de Blake Másters, uno de sus colaboradores más cercanos y presidente de su fundación. Másters intentará arrebatar el escaño al senador demócrata Mark Kelly, quien logró la elección en 2020.
En Ohio, otro Estado vital para las presidenciales de 2024, el financiero ha apostado por JD Vance, socio en otra firma de inversiones, y autor del éxito superventas Hillbilly, una elegía rural, un libro que ha sido utilizado como forma de comprender el contexto que llevó a la América blanca a apoyar a Trump.
Ambos candidatos, como dicta el dogmatismo de Trump, han hecho campaña criticando la influencia de las tecnológicas y el poder de Mark Zuckerberg. Será una más entre la larga lista de contradicciones que guarda Peter Thiel.
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